Escenario. Artur Mas se enfrenta a un congreso catalán dividido, señalan analistas políticos.
La región de Cataluña se dirige a la celebración de comicios en marzo ante el actual bloqueo institucional y mantendrá el protagonismo en la política española en una coyuntura en la que también se presenta difícil la configuración de mayorías de Gobierno.
El partido de izquierda radical CUP dio ayer un no definitivo al líder nacionalista Artur Mas para repetir como presidente de Cataluña, una región de 7.5 millones de habitantes que representa cerca del veinte por ciento del Producto Interior Bruto de España.
La CUP rechaza a Mas, que gobierna desde 2010, porque considera que su gestión se ha caracterizado por recortes en gasto social y porque su partido, CDC (centroderecha) está vinculado a casos de corrupción.
La coalición de Mas, Junts pel Si, ganó las elecciones regionales el pasado 27 de septiembre con 62 escaños (de 135), por lo que le hacían falta al menos seis para tener la mayoría absoluta. La CUP se los ha negado, incluso después de que el pasado 9 de noviembre ambas formaciones aprobaran una resolución por la que ponían en marcha un proceso de secesión respecto a España.
La resolución fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional y ahora queda en nada ante el bloqueo para formar un nuevo gobierno en Cataluña que la pudiera impulsar.
El domingo próximo vence el plazo legal para la elección de un nuevo presidente regional, de modo que al día siguiente se convocarían automáticamente nuevos comicios. La CUP pidió a Junts pel Si que presente un candidato alternativo a Mas al que podría respaldar, pero la dirección de CDC negó esa hipótesis.
ESCAÑOS
necesita Artur Mas para tener la mayoría.