La iglesia católica está de fiesta. Ayer, se celebró la “madre de todas las vigilias”, es decir, la celebración de que “Cristo resucitó, no se quedó en la cruz, no se quedó en el sepulcro”. Con esta festividad se inicia el tiempo Pascual, que termina con la celebración de Pentecostés.
El sábado por la noche, en todas las iglesias de la región y de todo el mundo, se realizó dicha celebración, que se lleva a cabo en cuatro fases; la primera con el Fuego Nuevo, seguida por liturgia de la palabra con siete lecturas, siete salmos y una epístola; después se renuevan las promesas bautismales, y finalmente con la celebración de la Eucaristía.
“Todas las iglesias desde la más sencilla hasta la más elegante se viste de fiesta, pone sus mejores adornos, sus mejores flores porque Cristo ha resucitado”, explica el padre Rafael López, director de la revista Diocesana Buena Nueva.
El sábado por la noche, en todas las iglesias de la región y de todo el mundo, se realizó la celebración. (RAMÓN SOTOMAYOR)