EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Ciudades verdes latinoamericanas

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

¿Es posible que en Latinoamérica existan ciudades sustentablemente verdes? En mi opinión, salvo el caso de la ciudad Brasileira Curitiva, de la que tantas veces hemos platicado en esta columna, diría que no. Por lo tanto, no puedo cumplirles lo del "top ten" de ciudades verdes latinoamericanas. Lo que si podemos hacer es comentar las posibilidades que tenemos en Latinoamérica, tomando en cuenta los resultados que ha dado la aplicación del mismo Índice de Ciudades Verdes que antes fue aplicado en el mundo entero, particularmente en aquellas ciudades con grandes posibilidades de aparecer en el "top ten" mundial.

Quienes diseñaron la aplicación del mencionado índice, seleccionaron 17 grandes ciudades en América Latina, entre las que se encontraban Puebla, Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, el criterio fue precisamente ciudades con una gran población y que debido a esto presentaran una continua expansión de su infraestructura. Como es obvio, el común denominador de todas estas ciudades es su medio ambiente urbano caracterizado por la congestión del tráfico, la disposición de desechos, la calidad del aire, el saneamiento, entre otros, aunque con evidentes matices en cada uno de los casos.

El Índice de Ciudades Verdes se calcula a partir de ocho categorías: energía y CO2, uso de la tierra y edificios, transporte, desechos, agua, saneamiento, calidad del aire y gobernanza medioambiental, y 31 indicadores ambientales que se ubican según su naturaleza en cada una de las categorías. Por ejemplo, en la categoría de uso de la tierra y edificios, se utilizan cuatro indicadores: áreas verdes por persona, que resulta de sumar los parques públicos, áreas de recreación, senderos verdes, canales de agua y de otras áreas protegidas accesibles al público en m2 por habitante, la referencia que toma es difícil de alcanzar superior de 100 m2 por habitante. La densidad de población o cantidad de personas por km2 , la política de construcciones ecológicas, un indicador cualitativo que considera los esfuerzos de una ciudad por minimizar el impacto ambiental de la construcción de edificios y su desempeño futuro como edificio sustentable, y la política de uso del suelo de una ciudad, también indicador cualitativo, que pretende evaluar el grado de esfuerzo que hace una ciudad para minimizar el impacto ecológico.

Cada ciudad fue evaluada por categoría y también su desempeño general tomando en cuenta todas las categorías, para lo cual tuvo que hacerse un esfuerzo adicional de estandarización y así poder comparar las 17 ciudades seleccionadas.

El ejercicio llevado a cabo por un proyecto de investigación independiente realizado por la "Economist Intelligence Unit" (EIU) y patrocinado por Siemens, es muy enriquecedor y sería imposible describirlo ampliamente en este espacio, por eso me atrevo a destacar algunos de los aspectos que a un servidor le parecieron importantes.

En primer lugar se debe mencionar que algunas grandes ciudades previamente seleccionadas, fueron finalmente descartadas de la evaluación por no contar ni con la información de los indicadores, ni con la calidad que era requerida. Primer aspecto que tenemos que anotar, por aquello de que nos llegaran las ganas de participar en una evaluación como ésta.

Por otro lado, un criterio, que a mí no me convenció del todo, fue la opinión que dio un panel de ocho expertos después de la evaluación de los datos duros. Quizá esto era necesario, ya que el "berenjenal" de resultados obtenidos requería de la visión general de los expertos. El punto es que el índice de Ciudades Verdes se consideró finalmente como una "Evaluación de percepciones comunes", lo cual en ocasiones dificulta su interpretación y nos mete dudas. Por ejemplo, el caso de la ciudad de Sao Paulo, una de las ciudades más contaminadas del mundo por su vocación industrial y el excesivo tráfico de vehículos, fue calificada en la categoría de Energía y CO2, muy por encima del promedio (calificación de 10), que significa esto, que aunque las ciudades tienen evidentes problemas ambientales, tienen por otro lado, la intención explícita de ir resolviendo algunos de los problemas mediante acciones concretas dentro de una o dos categorías, acorde a esto, entonces "se percibe" que la ciudad está avanzando hacia la sustentabilidad ambiental.

Otro caso por demás conocido por todos los mexicanos, es el de la Ciudad de México, la cual se ubica 'encima del promedio' en la categoría de energía y CO2, colocándose en el mejor lugar de esta categoría entre las tres ciudades de ingreso alto en el Índice. El desempeño de la ciudad en esta categoría aumenta por tener el nivel más bajo de consumo de electricidad en comparación con su producto económico. También se ubica 'encima del promedio' en uso de la tierra y edificios, donde ocupa el mejor sitio de la categoría en comparación con las otras ciudades de alto ingreso. Su fuerte desempeño se debe principalmente a sus políticas ambiciosas de eco-construcción, lo cual incluye un plan para certificar las construcciones como sustentables desde la perspectiva ambiental.

Hasta aquí todo bien, pero qué pasa con el otro titipuchal de problemas ambientales, pues ahí siguen sin solución, ya que según lo afirma el propio informe, la mayoría de las ciudades evaluadas sólo atiende los problemas hasta que se presenta una crisis o se radicaliza una demanda social, son soluciones reactivas y no están relacionadas a un plan elaborado con la intención de tratar la cuestión ambiental de una forma integral. Esto último es sin duda la principal carencia de todas las ciudades evaluadas, salvo como dije antes, Curitiva.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: A la ciudadanía

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1245038

elsiglo.mx