Clamor. La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México protestó afuera de la embajada de Honduras.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó que ha establecido Comunicación y brinda acompañamiento a Gustavo Castro Soto, testigo del asesinato de la defensora hondureña de Derechos Humanos Berta Cáceres, quien expresó su temor a visitadores adjuntos de que se le pueda imputar el crimen perpetrado el 3 de marzo pasado en Honduras.
En un comunicado, el organismo nacional señaló que vigila las acciones emprendidas en su favor por autoridades diplomáticas mexicanas.
Destacó que luego de haber recibido apoyo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Honduras (Conadeh), aunque dijo desconocer los trámites efectuados en su favor, Castro solicitó el apoyo de la CNDH mexicana. La finalidad fue ampliar su queja y lograr la devolución de su mochila, copias de sus declaraciones ante el Ministerio Público hondureño, que se brinde atención a su debido proceso, se reconozca su calidad de víctima y la CNDH amplíe las medidas precautorias a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
La Comisión Nacional recordó que visitadores adjuntos acudieron a la Conadeh, donde la comisionada adjunta primera, Linda Lizzie Rivera, les dio a conocer las acciones efectuadas por dicha institución en favor del activista mexicano.
La CNDH resaltó que personal adjunto acudió a la embajada de México en Honduras, donde la diplomática Dolores Jiménez destacó el resguardo de Castro en las instalaciones de la delegación diplomática, así como la asesoría jurídica que se le ha proporcionado.
EXIGEN ANTE ONU ESCLARECER ASESINATO
Unas 200 personas se congregaron el jueves frente a la misión de Honduras ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para exigir al gobierno de ese país que esclarezca el asesinato de la activista Berta Cáceres, ocurrido el pasado 3 de marzo. Los manifestantes mostraron pancartas con imágenes del rostro de Cáceres -activista de la etnia lenca que luchaba para proteger el medio ambiente- y corearon consignas para exigir justicia.
Entre los manifestantes estuvo Berta Zúñiga Cáceres, hija de la activista asesinada, quien explicó desde un podio en la calle que "el verdadero motivo" por el que su madre fue ejecutada fue su lucha contra el poder político y sus alianzas con policías y militares.
Llamó al gobierno de Honduras a que investigue no sólo el asesinato de su madre, sino el de varios activistas, hombres y mujeres, que han sido ultimados de manera reciente sin que las autoridades hayan encontrado a los culpables.