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Colombia: nuevo acuerdo de paz

DAVID PÉREZ

Fracasar, fracasar y fracasar. En los caminos de la construcción de paz, hay aprendizajes cotidianos, por ejemplo: fracasar todas las veces que sean necesarias, hacer del fracaso la inesperada ocasión para la creatividad y la inclusión. El sábado 12 de noviembre en horas de la mañana se "chismoseaba" por el "WhatsApp" que ese mismo día habría un nuevo Acuerdo General para la Terminación del Conflicto Armado y la Construcción de Paz entre las FARC-EP y el Gobierno de Colombia. Un nuevo acuerdo que ofrece una otra oportunidad.

En días previos al plebiscito, en el cual se rechazó el anterior Acuerdo General, estuvo de visita en Colombia John Paul Lederach, del instituto Kroc, de la Universidad de Notre Dame, Indiana. Dicho instituto sería encargado de verificar las acciones de construcción de paz que implican los acuerdos. En una de las conferencias que impartió, se le preguntó a Lederach su pronóstico para el plebiscito, con la documentada confianza que él tiene en el pesimismo, respondió: "no sé el resultado, en caso de que no gane el Sí, espero que no se tarden otros 52 años en resolver el conflicto armado".

Pasaron 41 días para que la mesa de negociación en La Habana lograra superar parcialmente el gran fracaso de los resultados del plebiscito del 2 de octubre. Un fracaso con un gran matiz: más del 60 % de abstencionismo, es decir, la mayoría de los colombianos con posibilidades de votar no lo hizo; nadie, ni los ideales de la guerrilla, ni el oficialismo gubernamental, ni la campaña sucia de la oposición, fueron más fuertes que la abstención. ¿Ganó la indiferencia?

Frente al paradigma de construir un país sin guerra, de respeto a los derechos humanos, en armonía con las convenciones internacionales, de reconocimiento a las víctimas del conflicto armado interno, en especial a los grupos más vulnerables como lo son campesinos, mujeres, y población LGBTI, los resultados del plebiscito representaron un fracaso de la sociedad y sus instituciones. El Estado, las universidades, las organizaciones religiosas, los partidos políticos, la población civil organizada, los medios masivos de comunicación, etc., a todos el fracaso los llamó a la revisión de sus razones de ser, y de su responsabilidad en el proceso que busca la terminación de 52 años de conflicto armado.

Con el anuncio de un nuevo acuerdo no desaparecen los efectos y las consecuencias que el resultado del plebiscito dejó para la sociedad. Las fracturas, las intolerancias, la falta de honestidad en las instituciones, la indiferencia hacia los que sufren los efectos de la guerra, hacen que el proceso de reconciliación en un futuro posconflicto tenga desafíos muy claros, ya que las heridas ahora son más visibles.

Viendo hacia el futuro, el nuevo Acuerdo Final (12/11/16) reitera su apuesta por una justicia prospectiva, en la que se "reconoce derechos fundamentales esenciales para las nuevas y futuras generaciones como son el derecho a una tierra conservada, el derecho a la preservación de la especie humana, el derecho a conocer sus orígenes y su identidad, el derecho a conocer la verdad sobre hechos acontecidos antes de su nacimiento, el derecho a la exención de responsabilidades por las acciones cometidas por las generaciones precedentes, el derecho a la preservación de la libertad de opción, y otros derechos, sin perjuicio de los derechos de las víctimas de cualquier edad o generación a la verdad, la justicia y la reparación".

En la introducción del nuevo Acuerdo Final, se manifiesta la voluntad de las partes, Gobierno de Colombia y las FARC-EP, para poner fin de manera definitiva al conflicto armado. De lograrse esa intención, será nada más que eso. El camino de la construcción de paz seguramente tendrá nuevos fracasos, exigirá más diálogo, más creatividad, más sensibilidad, demandará una gran participación de la sociedad colombiana. "Estamos listos", grita en la calle un sector minoritario de la sociedad que se ha fortalecido con el fracaso, que aprende de sus omisiones, que ahora está más organizado.

Twitter: @davidsecular

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