La afición apoyó en todo momento al equipo lagunero. (Jesús Galindo)
En el Corona se revivía el recuerdo de aquella gran final exorbitante donde Santos Laguna puso el sello de casa con cinco goles contra el equipo queretano.
El equipo de Víctor Manuel Vucetich volvía a Torreón, ahora sin Ronaldinho, pero con Emmanuel Villa al frente, jugador que fue campeón goleador el torneo pasado. Santos Laguna repetía el once inicial. Como dice la famosa frase: "Alineación que gana repite". Zubeldía mandó la misma formación que usó en Tijuana.
En los primeros minutos la afición lagunera gozaba el rendimiento de su equipo. Observó tiros a gol y una bola al poste proveniente de un cabezazo del capitán santista Carlos Izquierdoz al marco de Tiago Volpi.
La afición pudo celebrar un gol tras una magistral jugada de Bryan Rabello. Con un pase a Djaniny que el mismo chileno mandó, el sudamericano sólo la empujó al arco. Celebró corriendo a la esquina izquierda donde la gente se le rendía por su primer tanto del torneo.
La ovación hacia Rabello continuaría, tan solo unos instantes después realizó la segunda anotación del encuentro con un potente tiro que venció a Volpi. El '10' de Santos festejó de nueva cuenta mandando un mensaje de esperanza a la afición dolida por el torneo pasado.
El aficionado aplaudía y se cubría del frío a la vez; daba actos de agradecimiento a su equipo mientras bebía de su cerveza. La felicidad los distraía del fresco clima por ver a a Santos dominar ampliamente en el primer tiempo.
La poca afición que hizo el viaje desde Querétaro deliraba, veía cómo Gallos no encontraba la llave para cortar distancias. Sin ánimos y poco entusiasmo, permanecieron sentados en su butaca mostrando nula esperanza en su equipo.
Mientras los laguneros convertían el estadio en una fiesta nocturna, Víctor Manuel Vucetich se veía pensativo. Realizó movimientos para irse al frente pero no dieron los resultados esperados.
Los movimientos de Zubeldía generaban confianza en la fanaticada santista. La afición aplaudía la estrategia del dirigente. El ingreso de Martín Bravo también fue celebrado, el ex puma entró al campo entre gritos de aliento y un claro apoyo de las tribunas.
