400
PIEZAS
Forman parte del Nacimiento del médico familiar Víctor Alfonso Luján.
NACIMIENTO
NúMEROS
30
AñOS
Lleva Víctor Luján poniendo su Nacimiento, de forma ininterrumpida.
En sociedad
El médico consideró que el país enfrenta múltiples crisis y la brecha entre los que más tienen y los que no se hace más grande cada vez, por lo que se requiere la ayuda mutua.
DATOS
Llamado
Luján llama a mantener la tradición, pero sobre todo la devoción, a buscar la unión familiar y amar a los demás.
"El mensaje sería de fraternidad, de unión", dijo.
Desde niño, Víctor Luján comenzó a ayudar a su abuela a colocar su nacimiento. Siendo el mayor de sus hermanos y con un padre que trabajaba fuera de la ciudad, asumía la colocación del pino y el nacimiento en su casa, que comenzó con un pequeño niño Jesús de los que salen en la Rosca de Reyes.
Una prima le regaló un niño Dios de mayor tamaño y se comprometió a ser la madrina. De esto han pasado más de 30 años en que, en forma ininterrumpida, Luján ha puesto su nacimiento y ha agregado más piezas, con los misterios, los pasajes, los milagros, las profesías, que consigue en Tlaquepaque, Jalisco, con una familia de artesanos.
A las tres piezas que colocaba originalmente hoy se suman más de 400, además de animales, plantas, torres, tiendas, etc.
"Al principio era por tradición, pero luego entra la devoción, la fe, y ya deja de ser un adorno, es más evangelizador", comentó Víctor Alfonso Luján Galván, quien es médico familiar, "para mí es como poner un altar".
En el patio de su casa colocó un techo y acondicionó el espacio especialmente para el nacimiento. Cada año hay personas que le visitan, algunos por curiosidad, otros por la devoción, religiosas y sacerdotes que le hacen recomendaciones sobre qué más añadir para enriquecerlo. Incluso el nacimiento de Luján no está puesto al azar, sino que se basó en un mapa para ubicar geográficamente cada uno de los poblados en donde ocurrieron los pasajes.
"Hay gente que dice que aquí siente una sensación de paz, hay quienes se han puesto a llorar porque tienen una sensación de bienestar y de gozo, cuando tú abres la puerta y la gente tiene esas sensaciones, tu trabajo se está cumpliendo", expresó.
Aunque al principio era una labor solitaria, poco a poco se ha involucrado su familia, que le apoya en poner una estructura, acomodar heno, musgo, tapices con diversos estampados de piedras, colocar cada una de las más de 400 piezas, para un arduo trabajo que se lleva dos sábados y dos domingos completos, desde que amanece hasta que anochece.
"Lo más complicado es el comienzo, el banderazo de salida, lo demás ya se viene dando", indicó.
Tradición se pierde
Luján admitió que, lamentablemente, en los últimos años se ha perdido la tradición de colocar el nacimiento, por lo que muchos hogares en La Laguna lo han dejado de lado, sin embargo, consideró que la devoción en estos tiempos obliga a aferrarse a un poder superior.
Fotos: La i
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