De acuerdo a las últimas encuestas de preferencia electoral es muy factible que el próximo 5 de junio el PRI emerja con un saldo negativo en cuanto a gubernaturas ganadas y perdidas, pues parece que finalmente los ciudadanos de varios estados le cobran la factura de los malos gobiernos, particularmente en el caso de Veracruz.
En estos momentos de las 12 entidades en las que habrá elecciones, hay 9 gobernadores tricolores; 2, panistas y 1 perredista, aunque estos 3 llegaron postulados por alianzas amplias. El PRI gobierna Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas; el PAN, Puebla y Sinaloa; y el PRD (o mejor dicho Movimiento Ciudadano), Oaxaca.
Hasta hoy todo indica que salvo el caso de Puebla, donde la alianza PAN-PRD tiene muchas posibilidades de retener el gobierno; los tricolores regresarán al poder en Oaxaca y Sinaloa, en gran parte por la dispersión de la oposición. Mientras tanto, al momento, todo indica que el tricolor tiene seguro el triunfo en Chihuahua, Hidalgo y Quintana Roo; en las otras 6 entidades la contienda está muy cerrado y en varias de ellas las encuestas las encabezan candidatos opositores.
Todo indica que el PAN (sólo o en alianza) puede recuperar Aguascalientes; retener Puebla; y ganar por primera ocasión en Durango y Veracruz; Morena tiene posibilidades de ganar su primera gubernatura en Zacatecas, donde el retiro del registro de su candidato David Monreal y la rectificación por parte de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, impulsaron su posicionamiento frente al electorado por los espacios que ocupó en todos los medios de comunicación, sin embargo, es una contienda que todavía no está definida.
Otra de las entidades en las que siempre ha gobernado el PRI es Tamaulipas, donde a pesar de los pésimos gobiernos tricolores, particularmente los últimos 3 que han sumido a la entidad en una grave crisis de inseguridad, logran obtener el triunfo en las elecciones estatales. Hasta estos aunque el tricolor lidera las encuestas, éstas muestran una contienda cerrada, que bien podría aprovechar el candidato blanquiazul para arrebatarles otra gubernatura.
Mientras tanto, Tlaxcala que ha cambiado de partido en el gobierno en las últimas 3 elecciones (PRI a PRD; PRD a PAN; y PAN a PRI) podría cambiar nuevamente de partido, pues las encuestas muestran una contienda muy cerrada entre los 3 partidos políticos que ya han sido gobierno en la entidad.
De acuerdo a estos números el PRI tiene muchas posibilidades de ganar 5 gubernaturas (Chihuahua, Hidalgo, Oaxaca, Sinaloa y Quintana Roo); y el PAN, tiene muchas posibilidades de ganar 4 entidades; el PRD, únicamente obtendría triunfos en algunos de los estados en los que va en alianza con el blanquiazul, pero el candidato lo puso el PAN; y Morena tiene posibilidades de ganar su primera gubernatura.
Si se mantuviesen estos escenarios los grandes perdedores de la contienda serían el PRI, que casi seguramente concluirá la contienda electoral con menos de los 9 gobernadores que hoy tiene; y el PRD, que perderá la única que en estos momentos podía considerar como suya. En el saldo de gubernaturas, el PAN tendrá un saldo positivo, pues de 2 que tiene en estos momentos, puede subir a 4 o más; y Morena, si logra el triunfo en Zacatecas.
A pesar de estos resultados el saldo de la estrategia divisionista del PRI, es decir, el haber impulsado la dispersión de la oposición, incluyendo a los candidatos independientes, para ganar con un porcentaje muy bajo de preferencia electoral, puede resultarle favorable, pues en gran medida esa será la razón de sus triunfos en Chihuahua y Sinaloa. En el caso de Chihuahua, por la división del voto entre el candidato panista Javier Corral y el independiente José Luis Barraza, esto al margen de la imposibilidad de haber logrado una alianza opositora con el PRD; en Sinaloa, la clave será la división de los partidos, pues no hay independiente.
Antes de las elecciones presidenciales del 2018, ya únicamente faltará la renovación de las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, particularmente esta última permitirá tener un panorama más claro de la recomposición de fuerzas que se perfiló en las elecciones del 2015, con la emergencia de Morena y los candidatos independientes y el derrumbe del PRD. El Estado de México, además de ser la entidad con el mayor número de electores, es una representación muy cercana a lo que sucede a nivel nacional.
Lo cierto es que el escenario electoral para las elecciones presidenciales del 2018 será muy distinto al de 2012, tanto por el número de gubernaturas en manos de cada una de las fuerzas políticas como por la fuerza electoral de los distintos partidos políticos. Por otra parte, el entusiasmo que generaron las candidaturas no partidistas en el 2015, particularmente por el triunfo de Jaime Rodríguez, en la gubernatura de Nuevo León, parece derrumbarse en las contiendas de este año, pues en ninguna de las entidades federativas hay posibilidades reales de que alguno de ellos gane las elecciones.
Todo indica que para las elecciones presidenciales del 2018, las que hasta las elecciones del 2015 aparecían como las principales fuerzas políticas (PRI, PAN y PRD) llegarán debilitadas; Morena, estará disputando la segunda posición; y no puede descartarse la emergencia de una candidatura no partidista que modifique totalmente el panorama que hoy dibujan las encuestas de preferencia electoral. Y la única posibilidad de que el PRI retenga la Presidencia es que el voto de la oposición se disperse.