Con apoyo. Donald Trump consolidó ayer su trabajo de campaña para la nominación.
Donald Trump alcanzó ayer jueves el número de delegados necesario para asegurar la nominación republicana para la presidencia, lo que completa un ascenso sorpresivo que ha puesto de cabeza el panorama político y sienta las bases para una campaña otoñal aún más encarnizada.
Trump se puso en la cima del conteo de delegados por un pequeño número de delegados que lo apoyarán en la convención. Entre ellos está la presidenta del Partido Republicano en Oklahoma, Pam Pollard.
"Creo que ha tocado una parte de nuestro electorado que no le gusta donde se encuentra nuestro país", dijo Pollard. "No tengo problema en apoyar al señor Trump".
Tras el anuncio, Trump inmediatamente enfiló sus cañones contra la principal candidata demócrata Hillary Clinton.
"Aquí estoy viendo a Hillary peleando y ella no logra ganar", dijo Trump a reporteros. "Nosotros hemos logrado el apoyo tremendo de casi todo el mundo".
El buen momento para Trump llega en medio de indicadores de problemas a lo interno de su campaña, inclusive la abrupta salida de su director político y la resistencia de muchos dirigentes republicanos a declarar su apoyo al estrafalario y controversial magnate.
Horas antes de alcanzar el número de delegados para llegar a la nominación, Trump anunció la partida de su director político Rick Wiley, quien dirigía los esfuerzos de la campaña por contratar personal en estados clave. En un comunicado, la campaña de Trump dijo que Wiley había sido contratado sólo hasta que la candidatura "estuviera marchando a todo vapor".
La contratación de Wiley hace seis meses fue interpretada como indicio de que los veteranos del partido finalmente estaban aceptando la candidatura del empresario.
Se requieren 1,237 delegados para ganar la nominación presidencial republicana. Trump ha alcanzado 1,238. Con 303 delegados en juego el 7 de junio, Trump fácilmente aumentará su total, evitando que la convención en Cleveland sea dividida.
Trump, un político neófito que durante años entregó el comentario cáustico del estado de la nación al margen pero nunca se postuló para un cargo, compitió contra otros 16 contendientes republicanos en una elección primaria que a menudo se puso fea.
Muchos en el ala derecha han tardado en acoger a Trump, desconfiados de su buena fe. Otros se preocupan por la personalidad crasa de Trump y los comentarios lascivos que ha hecho sobre las mujeres.
Pero millones de activistas de base han aceptado a Trump como un populista de hablar franco.
Arrogancia e ignorancia
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, criticó ayer a Donald Trump y lo calificó como "ignorante" y "arrogante", horas antes de que el empresario alcanzara los delegados necesarios para ser el candidato presidencial republicano.
De visita en Japón, Obama expresó que los líderes mundiales están "inquietos" por la inminente candidatura de Trump a la Casa Blanca, pues "no saben con qué nivel de seriedad tomar algunas de sus declaraciones" más polémicas.
"Tienen buenas razones para sentirse así", declaró el mandatario estadunidense, al calificar como "arrogante" la actitud del Trump. Además, opinó que "muchas de la propuestas que ha hecho revelan su ignorancia en cuanto a asuntos internacionales".
Obama se encuentra en Japón para la cumbre del Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados del mundo.
En tanto, en Estados Unidos el magnate Trump se dijo honrado ayer jueves por haber obtenido los mil 237 delegados necesarios para ser candidato presidencial por el Partido Republicano.