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MAESTROS

Jorge Galván Zermeño

Para mi abuelo Darío, mi padre Rubén y hermano Rubén Darío maestros de vida.

El día de ayer se celebró una vez más el Día del Maestro, título que alcanza altísimas dimensiones en muchos de los mentores, y que se ha atribuido a un buen número de deportistas por su alto desempeño. La primera ocasión que escuche llamar a un futbolista con este honroso título fue al nombrar al gran jugador peruano Claudio Lostanau, quien brillara en el fútbol mexicano en la década de los 60, el maestro peruano vendría allá por inicios de los años 70 en la etapa final de su carrera a la Ola Verde del Laguna, era tal su calidad que el mejor jugador de ese tiempo Carlos Reinoso también llamado "Maestro" por el acento chileno, presentó sus respetos al gran Claudio en un partido entre Laguna y América en el añorado San Isidro.

Otro Maestro nos deleitaría de igual forma en la Comarca Lagunera, ya en el Club Santos Laguna, Benjamín Galindo, quien tuviera como entrenador a Carlos Reinoso en Tampico, heredaría el título y logro el reconocimiento de la afición de la Laguna para quien viene a entregarse, Benja llega al club para la temporada 94-95, y en el primer partido de la temporada conquista a la afición en el viejo Corona, iniciamos contra el Guadalajara su Club de procedencia y ofrece junto a Everaldo Bejínes también procedente de Chivas un partido inolvidable que nos llevó al triunfo, fueron muchas tardes y noches de concentración en el que disfrutamos de amenas pláticas, su sencillez lo convirtió en el jefe del vestidor y de la cancha, tuvo el respeto, la palabra de apoyo o la llamada de atención oportuna para los de su jerarquía y la bondad, paciencia y tranquilidad para con los novatos, a quienes estimulaba con premios de apuestas en tiro a gol, tenis balón o si se mostraban con decisión y empeño en los partidos, siempre tolerante a las bromas, las que raramente respondía. Han surgido otros jugadores con muchas cualidades técnicas, pero no ubico en la actualidad a alguno al que se le haya llamado Maestro, va desde esta columna un pequeño reconocimiento para estos tres jugadores Maestros, que me hicieron apreciar la magia del fútbol en sus botines.

Y en mi vida, un abrazo a mis queridos maestros y maestras, a mi querido Profe Sergio Barrón gran impulsor el fútbol por su ayuda desinteresada, a mis inolvidables Luis Pompa, Ignacio Barrón y Dr. Jorge Siller Vargas , hoy en el cielo. Y a mi querido maestro Dr. Enrique Olloqui así como a quienes tengo aún el gusto de disfrutar ¡hasta la próxima!

Dr_jorgemgalvanz@hotmail.com

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