Desde que tengo memoria he esperado cada cuatro años el inicio de los juegos olímpicos, recuerdo como entre comentarios que no comprendía a plenitud se desarrollaron en nuestro país los juegos de la paz, o al menos así se pretendía hacerlos ver dentro de un clima social revuelto e inaugurados entre el temor de un estallido apenas unas semanas después de los hechos de la matanza de Tlatelolco. Después de vinieron los de Alemania, todavía dividida por el absurdo de la política y lo físico de un muro y ensombrecidos aún más por la matanza de atletas inocentes en un acto terrorista, mi memoria guarda pues recuerdos de los juegos olímpicos entre la gloria deportiva y la contaminación de otros intereses como los de la guerra fría entre Estados Unidos y la entonces URSS, los actuales no están exentos, el clima social en Brasil no es el mejor, existe el temor del contagio de Zika y un temor aún mayor de la posibilidad de algún ataque terrorista ante los hechos ocurridos en Francia.
A esto habrá que agregar la difusión limitada por los medios televisivos ante la adquisición de la transmisión de los juegos por Internet o canales de paga, la televisión abierta por los principales canales dan una cobertura muy distante a las de competencias similares anteriores y otros canales y radiodifusoras tendrán un espacio limitadísimo de no más de seis minutos diarios para el abordaje de lo ocurrido en las competencias.
El título de esta columna parafrasea a una escena de una película actual, en que se da inicio a "Los juegos del hambre" y me hace pensar cual es el futuro de los juegos olímpicos, ante delegaciones diezmadas por el dopaje, atletas reticentes a asistir, a otros dejados fuera por interés de poder dentro de las asociaciones, a dispendios varios, entonces tristemente tendremos que admitir que la esencia inicial se desvirtuó y que los interés de otro tipo superan ya a los deportivos.
Por lo pronto a Selección Olímpica de futbol inició la defensa de su título ante el seleccionado de Alemania, el primer gol anotado por Oribe Peralta provocó gran satisfacción, el representativo nacional mostró carácter y determinación en la cancha, lo que se agradece ante la tendencia actual de un futbol mezquino con marcada preferencia a preservación del resultado. Espero que la tarde de ayer domingo el partido contra Fidji haya sido positivo éxito a los atletas participantes y ¡Hasta la próxima!
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