Desde hace un tiempo las notas nacionales y regionales señalan a la obesidad como un problema de salud pública cada vez en aumento y con justificada preparación por la gran cantidad de trastornos asociados.
Se considera a la obesidad como una enfermedad en la que las reservas de energía almacenadas en el tejido adiposo se incrementan hasta un punto que condiciona alteraciones de la salud. Un parámetro para considerar si el paciente se encuentra en este trastorno de salud es el IMC (Índice de Masa Corporal, Índice de Quetelet), el cual se obtiene dividiendo el peso entre la talla expresada en kilogramos por metros al cuadrado, y se considera este problema cuando éste se encuentra en un punto igual o superior a 30 Kg/metro cuadrado, se presupone la presencia de algún otro trastorno al índice mayor de 35 y como obesidad severa o mórbida al IMC superior a 40, es importante señalar que este índice tiene limitaciones, entre ellas se encuentran en que aplica para un grupo de edad entre los 18 y 60 años, para edades menores y próximas y posteriores al límite se aplican ecuaciones de ajuste.
Los índices de normalidad consideran a individuos que se encuentran entre 18.5 y 24.9; con sobrepeso a los que estén en el rango de 25 a 29.9Kg/metro cuadrado
La obesidad es parte del llamado Síndrome metabólico, por las enfermedades asociadas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y las repercusiones de estas. Su origen es multifactorial y va desde la carga genética, hasta aspectos psicológicos y ambientales. Por lo que se considera como obesidad endógena cuando ésta tiene un origen de tipo metabólico y exógena cuando los factores para desarrollarla son por alimentación excesiva.
En la actualidad la expansión de este problema de salud alcanza proporciones mundiales, y se considera como un factor predisponente de importancia para trastornos y alteraciones del sueño (ronquido, apnea del sueño, somnolencia), osteoartritis, disfunción sexual, etc.
Las herramientas para el ataque de este importante problema de salud van desde las medidas higiénicas (alimentación y ejercicio) adecuadas para corregir el trastorno, hasta el manejo quirúrgico del mismo en casos severos, y puede ser prevenible con un buen seguimiento médico desde la etapa perinatal, hasta la revisión pediátrica periódica, ya que la composición corporal varía en las diferentes etapas desde el nacimiento hasta la adolescencia, por lo que es importante vigilar el equilibrio en el desarrollo, y asimismo, instruir o guiar a los responsables en la formación del niño en las medidas adecuadas para un crecimiento sano.
En la edad adulta es importante resaltar que no existen productos mágicos y que el equilibrio entre un adecuado plan de alimentación y actividad física serán fundamentales para mantenerse en los parámetros corporales adecuados redundará en un modo de vida saludable. Por otra parte, llega por fin el regreso a clases, motive a sus hijos a pertenecer a los equipos deportivos de sus escuelas.
En otro tema se lamenta la partida de Claudio Lostanau, gran jugador peruano que brillara en el futbol mexicano en la década de los sesenta, su paso por la Ola verde del Laguna dejó honda huella, en lo personal mi admiración, respeto y el recuerdo cariñoso ¡hasta la próxima!
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