Hay una muy mala noticia: existe un consenso mundial de que los sistemas educacionales desesperadamente requieren mejoras. La buena noticia es que también existe un consenso mundial sobre cómo mejorar estos sistemas.
En la Cumbre Mundial para la Innovación para la Educación (WISE, por sus siglas en inglés, World Innovation Summit for Education), llevado a cabo en Doha, Qatar; Gallup y WISE revelaron los resultados de un sondeo entre 1,500 expertos en educación de 149 países. Los expertos expresaron en el sondeo una muy considerable insatisfacción con los resultados del trabajo de los sistemas de educación de todos los niveles en la educación y preparación de los estudiantes para el trabajo.
Sin embargo, estos mismos expertos son bastante claros en mencionar lo que se debe hacer acerca de estos resultados deficientes. Ellos identifican a nivel global dos áreas de oportunidad de mejora en los sistemas educativos: a) Mejorar la relación y la colaboración entre las escuelas de todos los niveles y los empleadores a través de una vinculación muy estrecha. b) Establecer y/o mejorar las prácticas estudiantiles en colaboración con los empleadores para permitir a los estudiantes poner en práctica lo que aprenden en el salón de clases. Los expertos reconocen que aprovechar estas áreas de oportunidad no es, ni costoso, ni difícil.
El 75% de los expertos sondeados están insatisfechos con los sistemas de educación de sus propios países. Además, solamente el 12% consideran que el sistema educativo de su país aplica la innovación, incluyendo en este porcentaje un pobre 1% como "extremadamente innovativo".
Solamente el 39% de los expertos consideran que las universidades en sus países están preparando adecuadamente a los estudiantes para enfrentarse con éxito al mundo del trabajo. Los expertos identificaron las áreas de oportunidad anteriormente mencionadas. El 62% de los expertos mencionaron: "Establecer y/o mejorar las prácticas estudiantiles en colaboración con los empleadores para permitir a los estudiantes poner en práctica lo que aprenden en el salón de clases" como el reto más grande.
El 52% mencionaron la falta de un buen proyecto de aprendizaje para la aplicación del conocimiento para la resolución de problemas del mundo real. En contraste, sólo el 18% mencionaron la falta de acceso a la tecnología.
Particularmente en los Estados Unidos, la investigación del Índice Gallup-Purdue (un estudio a gran escala de más de 60 mil graduados universitarios) refuerza esos retos y oportunidades en la educación. Solamente el 29% de los graduados universitarios reconocen haber tenido prácticas en donde aplicaron lo que aprendieron en clase. Y el 32% reconocieron haber participado en proyectos de prácticas que tomaron más de un semestre, antes de graduarse.
Dados estos pobres resultados en experiencias de trabajo preparativo, no es sorpresa que solamente el 14% de adultos y 11% de quienes ocupan puestos ejecutivos en los Estados Unidos, opinan que los graduados universitarios están bien preparados para tener éxito en el mundo profesional. Adicionalmente, está demostrado que cuando los estudiantes tienen la oportunidad de aplicar en sus prácticas en el trabajo, lo que han aprendido en las aulas, ellos tienen el doble de probabilidades de comprometerse con su trabajo después de graduarse, comparados con aquellos estudiantes que no tuvieron esa experiencia.
Atender estos retos para mejorar los sistemas educativos no representa altos costos ni tampoco son retos difíciles de resolver; dadas sus altas posibilidades de solución, muy pronto, deberá ser vergonzoso si las universidades, en vinculación estrecha con los empleadores, no desarrollan alternativas viables para crear, juntos, experiencias de aprendizaje que fomenten un trabajo más significativo para los nuevos profesionales.
En Brasil, las políticas federales establecen reglamentos y normas para las prácticas profesionales y muchas carreras universitarias le exigen a los estudiantes cumplir con buenas prácticas profesionales y los empleadores colaboran altamente en ello. Las universidades norteamericanas han creado experiencias colaborativas de prácticas para los estudiantes. Calificar a los estudiantes su trabajo en prácticas profesionales, es un buen ejemplo de como las universidades pueden crear un estímulo más para estas experiencias previas de trabajo profesional.
De acuerdo con el WISE, existe un consenso global en lo que respecta a que debe hacerse para mejorar los sistemas educativos, la pregunta que queda es: ¿Por qué no nos estamos moviendo rápidamente para mejorar la liga entre la educación y el éxito en la vida profesional de los negocios?
