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CONTEXTO LAGUNERO

CRISPÍN VÁZQUEZ MANQUERO

En el tradicional festejo del Día del Minero en la ciudad de Guanajuato este año, se rindió homenaje al Ing. Don Crispín Vázquez Manquero (finado). La presentación de la semblanza de Don Crispín fue muy emotiva y se contó con los testimonios del Ing. Roberto Díaz Colunga, el Ing. Octavio Alvídrez Cano y el Ing. Armando Sánchez López, los tres de muy amplia trayectoria en la industria minera mexicana y amigos de Don Crispín.

En 1956, a la edad de 21 años, el joven Crispín ya estaba casado, él y su esposa de la misma edad tenían tres hijos. Él jugaba beisbol con el equipo de Naica para ganarse la vida y cuando acababa la temporada de ese deporte se integraba para trabajar en la mina local. Se ganó una beca de $475 para estudiar secundaria y preparatoria en Guanajuato. Como no tenía un trabajo en Guanajuato y el dinero de la beca sólo alcanzaba para pagar las clases, decidió no tomarla. Su esposa, con más visión que él, lo animó a irse todos a Guanajuato y buscar los medios para subsistir.

Crispín era el "viejo" para sus jóvenes compañeros de clase, desarrolló varios trabajos mientras se graduaba de secundaria y prepa y - hijo de un minero- decidió estudiar ingeniería de minas en la Universidad de Guanajuato, la beca la conservó hasta terminar la carrera, graduándose al aprobar el examen profesional con cinco sinodales. Durante su época de estudiante, Crispín trabajaba, estudiaba y era el mánager y jugador de un equipo de beisbol. En ese tiempo su familia creció de tres a 11 hijos, el menor de ellos, hoy, también ingeniero de minas.

El Ing. Octavio Alvídrez Cano dice: "Recuerdo a Crispín con mucho cariño y respeto, él tenía más responsabilidades que todos sus compañeros más jóvenes, nosotros disfrutábamos de la juventud y de las fiestas y parrandas, sin más responsabilidad que estudiar y aprobar las materias. Pero Crispín tenía además la responsabilidad de su familia y de su trabajo, ello nos hacía reconocerlo y admirar su temple para sacar adelante todos sus compromisos, era un símbolo para todos nosotros".

El Ing. Armando Sánchez López dice: "Crispín fue un ejemplo para todos nosotros, siempre nos ayudó mucho y gran parte del éxito que hemos tenido es gracias a esa línea de comportamiento, a los consejos que nos daba. En las minas hay actividades muy difíciles, como, por ejemplo, hacer los tiros -perforaciones verticales muy profundas-, para este trabajo tan especial, se requiere gente con mucha calma, con mucha experiencia y con mucho valor, es una actividad de las más difíciles".

"Crispín creció en un trabajo que le costó mucho -dice el Ing. Armando Sánchez-, llegó a Guanajuato a cursar la secundaria la prepa y la carrera ya casado y con hijos. Nosotros lo veíamos a él como inalcanzable. Al pasar el tiempo y ver los logros de Crispín en el trabajo, en su familia, como beisbolista, su integración en todas sus actividades, los retos que enfrentó y su éxito, hay que admirarlo, de seguro así van a ser sus hijos".

Don Crispín fue asignado como responsable de la construcción en ASARCO, del Tiro San Diego -a los tiros se les bautiza con un nombre, algunas veces de santos: San Carlos, San Luis San Roberto, etc.-. Esta era la primera vez que se iniciaba una obra de esa magnitud, era un verdadero reto.

El encargarse de una obra de estas características requería muchas habilidades y mucha experiencia, en total eran 716 metros de profundidad. Al terminar el tiro, un dibujante tuvo la puntada de cambiarle el nombre al tiro y lo bautizó como Tiro San Crispín.

Posteriormente, Don Crispín fue asignado a Taxco para construir otro tiro, el Ing. Armando Sánchez dice: "En ese tiempo se conjugaron las características de Don Crispín: su experiencia, su gran manejo del personal, su buena comunicación con la gente y su habilidad para motivarlos a conseguir los objetivos". En su trabajo Don Crispín tuvo un accidente, al fallar uno de los equipos él cayó desde una altura de 19 metros, "Volé 19 metros y todo me cayó encima, pero salí bien librado" -comentaba Don Crispín.

"En una Semana de Ingeniería de la Universidad de Guanajuato me invitaron a presentar el tema de Malacate de Fricción que se usó en la construcción del Tiro en Taxco y ahí me ofrecieron trabajo para iniciar la mina de Peña Colorada. Me nombraron Superintendente de Mina y tres años después, Superintendente de producción de la mina y de la planta de beneficio. Posteriormente me nombró Gerente. Inicié esa mina desde cero y cuando logramos producir 9 mil toneladas por día, esa producción no la daba cualquier mina, además se trabajaba con sistemas administrativos de vanguardia".

Dice el Ing. Roberto Díaz Colunga: "Conocí a Crispín Vázquez Manquera en una ocasión en que fuimos a un viaje de prácticas profesionales a Peña Colorada, tengo el honor de haber sido su amigo, mi querido bigotón fue un gran mentor en mi vida. En Peña Colorada él nos enseñó la verdadera realidad de desarrollar un proyecto minero en un terreno salvaje. Posteriormente cultivamos una amistad más allá de la que él tenía con mi padre".

Don Crispín decía: "El hecho de tener un trabajo, que te guste lo que haces, sentirte responsable de que tienes a tu cargo una empresa, un puesto en el que tus atribuciones y responsabilidades los orientas a dar resultados, es algo enriquecedor. Y el hacerlo todo con honradez da muchas más satisfacciones".

Su familia hizo un video de la vida de Don Crispín cuando él aún vivía, siendo él mismo su protagonista. En la escena final, Don Crispín se despide abordando un autobús. Se fue, sin dejarnos, hace dos años, su legado queda en su familia y en la industria minera mexicana.

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