No te estoy criticando con el título de este tema. Pero, sí, el problema eres realmente tú. Siendo más específico, lo es la forma en que estás acostumbrado a pensar. Pero no te preocupes, primero que todo, no estás solo en esto, la mayoría tenemos este mismo problema. En segundo lugar, y mucho más importante: hay solución. Pero primero déjame explicarte cómo se creó este problema.
Incluso antes de la escuela preprimaria, todos fuimos acostumbrados a razonar de una forma fantásticamente buena para un mundo muy predecible: establecías una meta, hacías planes para llegar a tal meta, seleccionabas el que considerabas el mejor plan, conseguías los recursos necesarios para obtener la meta deseada y ejecutabas ese extraordinario plan seleccionado.
Pensábamos que la forma de pensar anteriormente descrita era una forma razonable de predecir las cosas, una forma de pensar asumiendo que el futuro sería mucho muy parecido al pasado. Y en cierta forma, así era. Un proveedor de restaurantes podía predecir razonablemente cuánto disminuirían sus ventas en caso de que el país cayera en una recesión. Si uno quería estimar cómo afectaría el incremento de construcción de casas en la venta de refrigeradores, también era relativamente fácil estimarlo.
Sin embargo, cuando te enfrentas a la innovación, el mundo puede ser todo lo que te imagines, menos, predecible. En el mundo actual de la innovación, se crea lo que nunca antes había existido, por lo tanto, no sabemos cómo va a reaccionar el mundo ante ello. Por definición, la innovación va de la mano de lo desconocido. Y por eso tú, cada uno de nosotros, somos el mayor problema cuando se trata de innovación. Si nos mantenemos actuando en base a la forma tradicional de razonar en situaciones que simplemente no son predecibles, de seguro te sentirás frustrado y decepcionado. Necesitamos una forma diferente de pensar.
Una sugerencia para cambiar nuestra forma tradicional de razonar es tratar de pensar de la misma manera que lo hace la gente que es muy buena innovando y lidiando con lo desconocido: los emprendedores. Después de todo, no hay nada más incierto que iniciar un negocio desde cero. Los emprendedores toman acción de cara a lo desconocido. Más específicamente, los emprendedores:
A) Primero dan un paso pequeño e inteligente hacia adelante. En el caso de un nuevo negocio, este pequeño e inteligente paso puede ser el preguntarle a los clientes potenciales lo que piensan ellos acerca del negocio que se quiere emprender.
B) Pensar y reflexionar lo que aprendieron con el primer paso. Por ejemplo: "Al parecer voy en la dirección equivocada, intentaré en otra diferente", o "La gente no se mostró muy interesada, pero nos sugirieron cambios para ir en la dirección correcta".
C) Tomar el aprendizaje inicial para determinar el siguiente paso a seguir, esto puede ser una modificación a la idea inicial para continuar insistiendo en el emprendedurismo.
El proceso anterior está muy lejos del proceso tradicional de planificar, administrar ejecutar y controlar, pero es precisamente el tipo de pensamiento que te alejará del razonamiento tradicional cuando te enfrentes a la innovación.
Con lo anterior, no sugiero eliminar el razonamiento predictivo, hay dos razones por las que no se debe hacer eso. Primero, como hemos visto, la predicción razonable funciona perfectamente bien cuando el futuro puede realmente esperarse que sea similar al pasado y no queremos descartar algo que ha trabajado bien en otras situaciones específicas. La manera de pensar que se sugiere complementa el razonamiento tradicional, no lo reemplaza. En segundo lugar, los emprendedores continúan utilizando el razonamiento tradicional en las situaciones en que trabaja bien, en donde es lógico asumir que el futuro será muy similar a lo que ha sucedido anteriormente. Por ejemplo que incrementos de ventas podemos esperar si agregamos un producto ofertado al producto principal.
Pensar diferente a lo tradicional es muy difícil, especialmente cuando el razonamiento predictivo está muy arraigado. Hay dos preguntas importantes que nos podemos hacer cuando nos damos cuenta que nuestra forma de pensar está bloqueando la innovación:
1. En lugar de seguir pensando qué hacer, ¿Hay alguna acción que ya debería estar tomando?
2. ¿Puedo tomar alguna acción que puede resultar buena y que de lo contrario, puede ser una pérdida razonable que puedo afrontar?
Puede que uno tome o no acción, dependiendo del juicio de cada persona. Pero las preguntas ayudan a que tratemos de cambiar nuestros hábitos de pensar y nos abran a diferentes formas de resolver los retos que enfrentamos, no sólo en los negocios, sino en cualquier situación personal.
Si usamos el razonamiento tradicional cuando creemos que así debe ser, pero tratamos de pensar como un emprendedor cuando creemos lo contrario, entonces nos daremos cuenta que hemos eliminado el mayor de los problemas para innovar: nosotros mismos.