El regidor formalizó la queja por abuso de autoridad del director ante la Contraloría Municipal. (ARCHIVO)
Como resultado de la queja presentada ante la Contraloría Municipal por el regidor panista, Raúl Villegas, contra el director de Catastro, Francisco Javier Muñoz Díaz, por el caso de las “gorditas”, éste último recibió un apercibimiento.
La Contraloría Municipal informó que el apercibimiento fue de forma verbal ya que se trató de un asunto entre particulares.
“En este caso, como fue un asunto entre particulares, si bien sí es un funcionario del municipio, la Contraloría Municipal emitió un apercibimiento verbal. Es una invitación al funcionario a que actúe conforme a ética”, dijo el contralor municipal Jaime Hernández Moreno, quien recordó que entre dos particulares (el director y el restaurante) hubo una negociación previa.
El contralor recordó que la Ley de Responsabilidades y el Código de Ética indican la forma en que debe actuar un funcionario y en este caso se manejan amonestaciones que pueden ser verbales, por escrito, una suspensión de labores o hasta un cese definitivo.
El alcalde Luis de Villa informó en diciembre que sería la Contraloría quien daría seguimiento al caso para determinar si hubo o no dolo en el caso del adeudo por consumo de gorditas del director de Catastro en un restaurante, caso que se difundió en redes sociales por parte de Villegas y que ocasionó que Muñoz se defendiera de las acusaciones interponiendo una denuncia formal ante el Ministerio Público contra Villegas, misma que actualmente sigue su curso.
El regidor aseguró en diciembre pasado que él tuvo que pagar la cuenta del director a una empleada para evitar que le fuera descontado a ella de su salario y que al hacerlo, ella le entregó la credencial de elector del director (que había dejado en el local).
Luego, el regidor formalizó la queja por abuso de autoridad del director ante la Contraloría Municipal.
No obstante, todo lo anterior fue negado rotundamente por el director de Catastro, asegurando que ya había acordado que pagaría a la empleada y que por ello dejó su credencial en calidad de garantía de que lo haría y tras ser ventilada esta situación por parte de Villegas y, a su decir, tergiversada, fue que denunció al regidor ante el daño moral ocasionado a su persona y por haberse quedado un tiempo con su credencial de elector siendo éste un documento personal y oficial.
