Siniestro. El fuego ha destruido alrededor de 750 hectáreas de bosque y áreas rurales.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo ayer domingo que una serie de incendios que comenzó hace cinco días "todavía no termina", pero que los esfuerzos ahora se dirigen a la reconstrucción.
El gabinete se reunió en Haifa, la ciudad más afectada, donde grandes incendios obligaron a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares. Netanyahu prometió acelerar las gestiones para iniciar inmediatamente la indemnización de las víctimas y la reconstrucción. Aunque no se informó de muertes, decenas de personas fueron hospitalizadas por inhalación de humo y cientos de hogares fueron destruidos.
Los incendios comenzaron hace cinco días en Jerusalén y se extendieron a otras partes del país con ayuda del clima ventoso y seco. Los grandes focos ya han sido extinguidos.
Las investigaciones preliminares indican que la mayoría de los incendios fue provocado. Netanyahu dice que los causantes fueron árabes.
DESTACAN SU LABOR
Las autoridades de Israel destacaron ayer la labor de los bomberos para controlar la mayor parte de los incendios forestales que afectaron el país, luego de cinco días. Las llamas fueron sofocadas también en el asentamiento de Halamish, donde el incendio se acercaba y llevó a la evacuación de la ciudad tras destruir 15 inmuebles, destacó el diario Haaretz.
Desde el martes, se declararon en Israel alrededor de 200 incendios. Sólo en Haifa las casi 80 mil personas evacuadas por los incendios aún no pueden regresar a sus hogares y muchas están en centros de acogida, según el ministerio de Interior israelí.