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¿Conviene Clinton o Trump?

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Sus victorias del pasado martes apuntan a que Hillary Clinton y Donald Trump serán investidos como los candidatos presidenciales de los partidos Demócrata y Republicano, respectivamente.

Solamente que surja alguna acusación fuerte o alguna revelación fuera de serie, lo que parece improbable pero no imposible, ambos personajes disputarán la Casa Blanca en las elecciones del primer martes de noviembre.

La pregunta que muchos mexicanos hacemos es cuál de los dos aspirantes será mejor vecino, amigo y socio de nuestro país.

Dependemos demasiado de Norteamérica y por lo mismo resulta preocupante saber quién será el inquilino de la mansión de Pennsylvania en Washington, y como será su trato hacia México.

Si volteamos unos años al pasado veremos que ha habido de todo. El republicano Ronald Reagan, quien llegó al poder precedido de una fama de duro y arrogante, terminó por conceder una amnistía que favoreció a más de tres millones de indocumentados.

Estableció además lazos amistosos con los presidentes José López Portillo y Miguel de la Madrid. Reagan, al igual que George Bush hijo, visitó en seis ocasiones nuestro país, tanto las ciudades fronterizas de Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali, como Mazatlán, Cancún y La Paz.

Con George Bush padre, también republicano, la relación con México fue parca. Recibió en 1989 de forma cálida a Carlos Salinas en la Casa Blanca, pero sólo visitó México en una ocasión, cuando viajó a Monterrey en 1990. A Bush le ganó el tiempo y la recesión lo mantuvo ocupado a pesar de sus nexos y amistades con grupos mexicanos.

Le siguió el demócrata Bill Clinton, cuya relación con México fue ambivalente. El gobierno de Clinton fue devastador en su política de inmigración, inició la Operación Guardián en la frontera San Diego-Tijuana que derivó en la muerte de más de tres mil inmigrantes el cruzar por los desiertos y zonas inhóspitas.

Clinton tendió la mano al gobierno de Ernesto Zedillo cuando en 1995 impulsó por la vía "fast track" un paquete de ayuda financiera que sacó a México de la bancarrota. Obviamente estaba en el interés norteamericano que la economía mexicana fuera rescatada.

George W. Bush levantó muchas expectativas porque conocía a Vicente Fox desde que ambos eran gobernadores. Su primera de seis visitas a México fue al rancho de los Fox en San Cristóbal, Guanajuato, en donde se dio por hecho que pronto se aprobaría la reforma migratoria y que México ocuparía un lugar privilegiado en la agenda del junior texano.

No fue así porque los atentados de 2001 cambiaron las prioridades y nuestro país pasó a un segundo nivel. Bush visitó dos veces Monterrey, Los Cabos, Cancún y finalmente Mérida en tiempos de Felipe Calderón.

Antes de la segunda visita a la capital regiomontana -en enero de 2004- fue cuando Fox dijo la célebre frase "comes y te vas" a Fidel Castro. El punto negro del gobierno de Bush fue 2007 cuando se inició la construcción del muro metálico en varios tramos de la frontera.

Con Barack Obama se ha vivido la peor racha de deportaciones de mexicanos con cerca de dos millones en sus siete años de gobierno. Para colmo nunca se aprobó la reforma migratoria que Obama prometió impulsar desde su campaña.

En materia de cooperación económica y de la lucha contra el narcotráfico se lograron avances importantes, no obstante la percepción en Washington es que el vecino del sur no es prioritario salvo cuando se trata de asuntos de seguridad.

Prueba de ello es que la Embajada de Estados Unidos en México se mantiene acéfala desde la renuncia del embajador Earl Anthony Wayne, en julio del año pasado.

Si Hillary Clinton llega a la Presidencia es probable que finalmente se logre la aprobación de una reforma migratoria y que las relaciones con México mejoren un poco. Sin embargo, no existen elementos para pensar que se dará inicio a una nueva era de cooperación y amistad.

Con Donald Trump la incertidumbre será colosal desde el arranque de su mandato. Es imposible que concrete su promesa de construir un gran muro, pero en definitiva emprenderá una campaña antiinmigrante que desatará más muerte y violencia en las fronteras.

En el aspecto económico se verán mejores tiempos, toda vez que Trump impulsará cambios fiscales y financieros que son urgentes. Buena parte de su popularidad se basa en su promesa de regresar la grandeza a su país fincada en ciudadanos y comunidades no en partidos y gobiernos.

¿Pero de qué valdrá la bonanza económica si el vecino país se convierte en enemigo de los mexicanos?

APUNTE FINAL

¿A usted no lo invitaron al huateque que organizó Diego Fernández de Cevallos por su cumpleaños 75? Qué bueno porque seguramente la PGR y quizá la DEA ya tienen un registro de los asistentes para investigarlos por sus posibles nexos con "la mafia del poder" como lo denunció Andrés Manuel López Obrador… ¡Qué bonita la familia política mexicana!

Comentarios a jhealy1957@gmail.com

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