Crisanto Grajales es una de las esperanzas reales para ganar medalla. El veracruzano se llevó el oro en los Panamericanos de Toronto.
Dedicar al triatlón 21 años de sus 29 de vida, Crisanto Grajales tiene su recompensa, misma que sería más grande si se inmortaliza con una medalla en los Juegos Olímpicos.
Grajales nació el 6 de mayo de 1987 en Xalapa, Veracruz, probó las emociones del beisbol, el futbol y la natación, y a los ocho años sus padres lo inscribieron en una prueba de triatlón para niños y en ese instante encontró lo que iba a ser para su vida deportiva exitosa.
De los 126 deportistas que representarán a México en Río 2016, el veracruzano es una de las promesas reales de ganar medalla, gracias a su tenacidad, disciplina y entrega en cada sesión de entrenamiento y al momento de competir.
Su medalla de oro en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, la primera de México en una cita continental en este deporte, y otros tantos éxitos en el circuito mundial, se debe a que "en esta disciplina encuentro mi libertad".
Flota a velocidad cientos y cientos de metros en sus sesiones de natación, posee una bicicleta fabricada con lo último en tecnología y unos zapatos tenis para correr de lo más ligeros, que no le pesen, para su mejor desplazamiento en la carrera.
Sus rodillas parecen tatuadas, pero no, son cicatrices de caídas en la prueba con la bicicleta, pero esos cortes no le preocupan, porque sanan, y en cambio "las heridas emocionales siempre están abiertas".
Se siente con madurez porque "de todas las derrotas y caídas es de donde más aprendo y me hago más fuerte".
Como buen veracruzano es alegre, siempre ofrece una sonrisa, es de hablar fluido y de buenos conceptos, la educación le brota por los poros de su piel morena, el ritmo y velocidad es una constante, como constante es en la competencia, donde exhibe un gran corazón por su patria.