Cristina Gallardo y su caballo Jilote. Cristina Gallardo goza la charrería al máximo
"Ser escaramuza, el estar arriba del caballo y estar a galope, ejecutar los movimientos y poder dominar un animal de 400 kilos es una sensación de adrenalina indescriptible", asegura Cristina Gallardo, quien lleva la charrería en la sangre.
"Se invierte mucho tiempo, esfuerzo y dinero en entrenamientos, vestuario, viajes y en mantener al caballo, pero ese 'click' especial que haces con el animal y llegas a hacer un binomio es el mejor pago que puedes recibir", cuenta.
Cristy, como la conocen sus amigos, comenzó en la escaramuza desde los 5 ó 6 años de edad; "apenas podía sentarme y ya me gustaba montar".
Su gusto por la charrería viene de familia. Su padre le inculcó el amor al deporte nacional por excelencia. Ahora, ella busca transmitir ese sentimiento a sus dos hijos, un niño y una niña.
"La charrería es mi estilo de vida, mi pasión, mi gusto, mi todo", dice.
En ese largo camino, Gallardo ha tenido que hacer muchos sacrificios. Incluso se ha alejado por etapas de la escaramuza, sin embargo, sus pequeños retoños son al mismo tiempo su inspiración para regresar.
Hoy, está en una de esas etapas en las que deja de montar, pero sigue de cerca todo lo que ocurre alrededor de la charrería.
Y aunque no participe, invita a todos los laguneros a la primer Feria de Escaramuzas de Gómez Palacio, organizada por Patricia Valdez, quien formó Charras de La Laguna y que en 2017 cumplirá 15 años de historia, y la Asociación de Charros de La Laguna.
También se hará una exhibición con 12 integrantes que han estado participando en las filas de la escaramuza Charras de La Laguna, para formar una escaramuza monumental.