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CRÓNICA LERDENSE

Francisco Sarabia saludando a Grover Walen, presidente de  la Feria Mundial de Nueva York en 1939, en su visita a esta ciudad.

Francisco Sarabia saludando a Grover Walen, presidente de la Feria Mundial de Nueva York en 1939, en su visita a esta ciudad.

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA, CRONISTA OFICIAL DE LERDO

Sarabia, visita la Cd. de NuevaYork

Después del histórico vuelo México a Nueva York realizado el 24 de mayo de 1939, en el que Francisco Sarabia rompió el récord de tiempo con su famoso monoplano denominado el "Conquistador del Cielo". Había cumplido con la palabra empeñada alcanzando para México la marca mundial de velocidad entre el legendario campo de Balbuena, en la Ciudad de México y el célebre campo Floyd Bennett de la ciudad de los rascacielos. Esta hazaña lo encumbró hasta la cima de la popularidad, convirtiéndolo en el ejemplo más puro del esfuerzo, el profesionalismo y la valentía que palpitaba en su juventud, con motivo de esa osadía la prensa americana de los Estados Unidos, consideró al galardonado lerdense el "Lindbergh mexicano", pero el Aguilucho mexicano les manifestaba "que el vuelo fue de buena voluntad y sólo aspiraba a la concordia y no un récord más, sino una barrera menos".

Ese día Sarabia fue trasladado al centro de la ciudad y quedó alojado en el hotel Lexington, y lo primero que hizo fue asearse. En la espaciosa suite que le proporcionaron se observaba llena de flores, ramos, cajas de plástico, cestas, cientos de telegramas, entre ellos, el entregado por la embajada de parte del general Lázaro Cárdenas, mensaje enviado desde el norte de México, donde se encontraba en gira de trabajo en su calidad de Presidente. A la mañana siguiente Francisco cumplió con su agenda iniciando la visita a las oficinas de la Prensa Asociada, ya lo esperaban don Rodrigo del Llano y José F. Elizondo para entregarle un saludo de la prensa mexicana, luego juntos visitaron la Estación Central de Bomberos y las dependencias de la policía para saludar al comisionado Lewis J. Valentine. La visita de mayor trascendencia histórica quizá fue la efectuada al ayuntamiento de la ciudad de Nueva York y al alcalde Fiorello La Guardia, notable personaje de la historia estadunidense, a quien le entregó Francisco un pergamino que le enviaba el Regente de la Ciudad de México, momento que aprovechó Laguardia para felicitar al aviador por su notable hazaña.

Dentro del periodo de la estancia de Sarabia en la ciudad de Nueva York, incluyó en el programa la visita a la Feria Mundial en la cual festejaban el acontecimiento de los 150 años de la Independencia de los Estados Unidos y cuyo símbolo de la Feria era una estela piramidal terminada en punta, llamado el Trylon y una esfera con el nombre de Periesfera. En este primer contacto, Felipe J. Torres los condujo hasta el despacho del general Grover Whalen, presidente de la Feria Mundial de Nueva York, quien recibió al Aguilucho Lerdense, diciéndole "Sea usted bienvenido Sr. Sarabia a esta maravillosa exposición, su proeza va figurar en el archivo que guardaremos en una cápsula que será sepultada para que cuando la abran los habitantes del año 2,139 sepan quienes éramos nosotros, su viaje constará como testimonio, igual que los vuelos de Lindbergh y del comandante Byrd".

El 27 de mayo de 1939 fue inaugurado el Pabellón Mexicano instalada en la Feria Mundial de Nueva York, por el célebre ídolo mexicano de la aviación Francisco Sarabia en su carácter de Embajador Cultural, distinción muy merecida que le hizo el gobierno de México y con esa calidad cortó el listón ceremonial, repitiendo su frase célebre que ya antes había comentado ante la prensa estadunidense: "Mi vuelo sólo aspira a la concordia, no es un récord más, sino una barrera menos". Esta inauguración se tenía programada para el 15 de mayo; pero se pospuso, tal vez esperando la llegada de Sarabia. El Presidente del Pabellón Mexicano fue Pascual Ortiz Rubio y el encargado de organizar las visitas de Sarabia en Nueva York, era Felipe Torres. En la exposición mexicana se exhibió cerámica de Guadalajara, Guanajuato y Puebla, lacas de Guerrero y Michoacán, sarapes de Saltillo, tejidos de Aguascalientes, rebozos de varias regiones del país, trajes de charro y de china poblana, algunos trajes de regiones de Mérida, Oaxaca y Chiapas. En la misma exposición, se elaboraron los primeros dibujos de un avión Gee Bee de alas grandes, de ataque ancho, con fuselaje corto para aterrizajes de chiclero.

En la misma Ciudad Nueva York, Charles H. Babb, amigo inseparable de Sarabia y un experto en aviones y conocedor de las características del Conquistador del Cielo, le presentó algunos técnicos de la Compañía Grand Bill Miller And Delackner, a quienes con anterioridad Charles les había platicado algo de la vida y trayectoria del aviador mexicano, por lo cual tenían muchos deseos de conocerlo. En la conversación sostenida con Sarabia por los técnicos, le platicaron que estaban enterados del uso que les había dado a las naves Spartan, Ryan, Avro, Travel, Air, lo mismo que al Bellanca, pero también le manifestaron que estaban dispuestos a fabricar un avión que cargue mucho, aterrice y despegue en espacios cortos. Pero lo más que les interesaba a estos fabricantes de aviones, era conocer los detalles de la remodelación que realizó Sarabia al aparato el Gee Bee convertido por el héroe lerdense como el "Conquistador del Cielo", dentro del cual quedaron sorprendidos del que se haya levantado con la carga de combustible con el diseño original. Poco después Sarabia y sus acompañante estuvieron en el aeródromo de Floyd Benett, donde revisaron el avión, convenciéndose de que no se le había hecho ningún cambio al diseño original, pero si se enteraron de que técnicamente había hecho un nuevo aeroplano para los usos que estaban exigiendo las naves en el Sureste mexicano, como el que se encontraba en la exposición de la Feria Mundial.

En el programa de visitas que le organizó Felipe Torres en su corta estancia de Sarabia en la Ciudad de Nueva Sarabia, estaba también contemplada la Ciudad de Indianápolis, a donde se trasladando en un avión especial acompañado por el Sr. Luciano Kubli, de acuerdo con una invitación especial del Sr. Edye V. Rickenbacker para presenciar las famosas carreras de autos de la recordación que se celebraron el día 30 de mayo. Fue un evento que estaba impregnado de sorpresas y de fiesta por las carreras en esa ciudad. En ese lugar Sarabia fue objeto de una gran distinción, al tener el honor de enarbolar y ondear una Bandera Mexicana que Edye le entregó, con la cual dio la señal de inicio. Fue así como los autos se precipitaron a la pista al darse el banderazo para poner en marcha la competencia. Desafortunadamente en pleno proceso de la El carro No. 7 tripulado por Floyd Roberts, chocó contra otros dos automóviles, convirtiéndose en un accidente fatal donde el piloto murió.

Sarabia en su estancia en esta ciudad de los rascacielos, se dirigió aeródromo de Floyd Benett para supervisar el mantenimiento de su avión. En uno de los momentos que estuvo ahí un grupo de pilotos se acercaron para saludarlo y lo invitaron a probar y pilotear un potente aparato volador de cuatro motores, era un superbombardero. El lerdense les agradeció su cortesía, y les dijo: "me gustaría que me mostraran un avión pacifista, porque las cuestiones de guerra no me interesan". Sarabia le interesaba más servir a los seres humanos, en la medida de sus posibilidades, tampoco le gustaba el odio ni la muerte como consecuencia de la guerra. En la mente de Sarabia se le había pegado un sólido proyecto: "La misión de abrir caminos en el cielo para que la tierra progresara".

El último día de estancia en Nueva York, el Conquistador del Cielo estaba listo para partir bajo la obra técnica y vigilante de Santiago Sarabia, quien había hecho una revisión general. El plan de vuelo estaba ya trazado, Nueva York-Washington.

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