Plano manzanero del primer fundo legal de la Villa de Lerdo en 1864, elaborado por José Guiano en 1879.
Don Benito Juárez García, siendo Presidente de México era perseguido por las fuerzas invasoras francesas, y por la intención de conservar su gobierno huye al norte del país en los primeros días del año de 1864. En ese recorrido por el Estado de Coahuila deja encargados los archivos de la nación en la Cueva del Tabaco, ubicada en el municipio de Matamoros y hace estancia en la antigua Hacienda de San Rosa, cercana a la hacienda de San Fernando. Después de atender varios asuntos en Santa Rosa, el 7 de septiembre continúa con rumbo a la Villa de Santiago de Mapimí, no sin antes pasar por la Hacienda de San Fernando. Fue entonces que don Catarino Navarro y don Canuto Gamboa en representación de los vecinos de San Fernando, aprovecharon al Benemérito en su estancia en Mapimí, para solicitarle la elevación de rango a la hacienda de San Fernando a Villa. El patriota Juárez, concede la petición a los promotores y firma un decreto el día el 8 de septiembre de 1864, convirtiendo a la hacienda de San Fernando con el rango político de Villa con el nombre del gran liberal y reformista de aquella época don Miguel Lerdo de Tejada. A raíz de esos documentos, los osados ciudadanos levantaron y surgieron un pueblo que nació a la orilla izquierda del Nilo Lagunero (Río Nazas), al poniente del antiguo pueblo de San Fernando, en los terrenos que fueron expropiados al terrateniente Juan Nepomuceno Flores.
Con la participación de los habitantes de San Fernando, al frente de ellos don Catarino Navarro, sin contar con los grandes adelantos que existen en el presente, los osados ciudadanos con grandes esfuerzos surgieron un pueblo desafiando y enfrentándose al desierto indómito, inclemencias del tiempo, enfermedades y epidemias. El Sr. Francisco Escudero, auxiliado en esta actividad por un vecino de apellido Grez; quien con un arado de palo tirado por una yunta de bueyes rayaron las primeras calles y se marcaron 120 manzanas. El terreno aludido fue una extensión de mil doscientas varas por lado, que se midieron tomando un centro que designó el gobierno; y medido desde ése punto seiscientas varas por cada rumbo. Así nació el pueblo de la pintoresca Villa, rodeado por las tierras de cultivo de la hacienda. Fue un asentamiento humano del siglo XIX, constituido en plena época de la invasión francesa durante el periodo de 1864 a 1867.
De inmediato se planeó la urbanización e iniciaron el levantamiento arquitectónico de los edificios, asignando los predios donde se construyó el Palacio de Gobierno y los lugares de esparcimiento, a estas manzanas les dieron el nombre de Constitución y a Plazuela Urquizo (Hoy Juárez). El templo de la oración y casas habitación. Sus calles las alinearon con banquetas utilizando materiales de la región, como laja y losas de piedra y cantera. Como un hecho singular a las arterias les dieron nombres de héroes y hechos patrios. Don Catarino Navarro Urías, fue el primer Jefe Político de la Villa, en reconocimiento a su noble labor.
Habiendo transcurrido 3 años de haberse establecido este asentamiento con autoridades, grandes edificios públicos y particulares, viene a darle legalidad de su existencia como pueblo de la Villa Lerdo Tejada y asentando su nueva categoría de hacienda a Villa, el General de División, Gobernador y Comandante del Estado de Durango Francisco Ortiz de Zárate, quien dictamina que la Hacienda de San Fernando de Avilés, perteneciente a la municipalidad de Juárez, con una población de 5 mil habitantes y conteniendo con los elementos necesarios para constituirse en Municipio; decretó: "Se erige en cabecera de la municipalidad con el nombre de Villa Lerdo de Tejada y que la Municipalidad se compondrá de los ranchos: Villa Lerdo, como cabecera, San Ignacio, La Torreña y La Luz. El Decreto fue promulgado el 24 de junio, con el No. 62 y se publicó con fecha 4 de Julio de 1867, en el Diario Oficial del Gobierno del Estado de Durango, dando así la ratificación del decreto del 8 de Septiembre de 1864, firmado por el Lic. Benito Juárez García. Se reconoció como propietario a Juan Nepomuceno Flores de los terrenos e indemnizarle conforme avalúo.
Se ratificó por utilidad pública la expropiación de terrenos de la Hacienda de San Fernando, propiedad del Señor Juan Nepomuceno Flores; y de todos los edificios y suelos que había en ella, con excepción de la casa principal, así como lo estipulaba el decreto de Benito Juárez. Así mismo el terreno que ocupó la Villa de Lerdo contemplando 600 varas por cada rumbo, las cuales se remarcaron desde el centro que designó el Gobierno del Estado, quedando incluidos los terrenos donde estaba asentado el Rancho de San Fernando e incluyendo los de la casa de la hacienda. Además estableció un ayuntamiento compuesto por 5 vocales propietarios y suplentes, un jefe municipal, un receptor de rentas y un juez conciliador; propietarios y suplentes. Continuando las autoridades locales encabezadas por don Catarino Navarro Urías.
Los terrenos se dividieron distribuyéndolos en manzanas y dejando entre estos el espacio necesario para las calles y para la plaza. La manzana de frente a la plaza quedó asignada para fincar la casa municipal, la cárcel, juzgado conciliador, escuela y Registro Civil. Los solares para particulares fueron de 50 varas por lado cada uno, a los que se les dio numeración progresiva y fueron vendidos por medio de subasta pública a distinguidos ciudadanos, entre ellos: Catarino Navarro, Canuto Gamboa, Silverio Antúnez, José Antonio Estens, Encarnación Rea, Encarnación Recio y muchos otros más habitantes. Según la memoria popular, respecto a este decreto, recuerdan que el pueblo de la Villa al recibir este documento, lo llamaron "panfleto" y lo hicieron objeto de burla, pues para esas fechas, ya se habían construido infinidad de fincas y ya funcionaban las autoridades civiles. Pero a la vez los habitantes estaban felices porque de este modo se castigaba a Juan Nepomuceno Flores por la expropiación de ciento veinte hectáreas de terreno pertenecientes a su propiedad de San Fernando y por sus actividades en pro de los invasores franceses, agregándose al descontento de los vecinos en el sentido de que el decreto de expropiación fue el 24 de junio, día en que Juan Nepomuceno festejaba su santo.
Como una consecuencia lógica del decreto del Gobierno de Estado del 24 de Junio de 1867, Catarino Navarro expidió el primer título de propiedad de los terrenos de la Villa Lerdo de Tejada, en favor del C. Francisco Escudero, quedando a pagar el 6% anual a razón de medio centavo por vara cuadrada, compuesto de 100 varas frente al norte y ciento doce de fondo al sur, que hacen la suma de once mil doscientas varas cuadradas, situado entre la calle principal No. 1 de la Reforma y la No. 1 del Progreso del centro rumbo al sur de la Plaza Principal. Protestando el interesado responder este papel con el sellado correspondiente. El título fue firmado como presidente del Ayuntamiento Catarino Navarro y su Secretario Joaquín Izaguirre, el 14 de Febrero de 1870, encontrándose en el caso previsto por el artículo 11 del expresado decreto.
El motivo de que apareció la firma de don Catarino Navarro en el mencionado documento, fue en virtud de que estaba cubriendo un interinato del Coronel Don Pedro Navarro, quien fungía en esa época como segundo Jefe Político, que a raíz de un atentado que sufrió perdiendo la vida el día 4 de Agosto de 1868, en la esquina donde actualmente está la Torre Morisca del reloj público, al repeler el albazo de Toribio Regalado, atraco que fue ordenado por el terrateniente Juan Nepomuceno Flores.