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Crónicas: Voz de la tierra nuestra

IMPOSICIÓN DE LA SEP

DR. SERGIO ANTONIO CORONA PÁEZ

A pesar de lo que diga

la Secretaría de

Educación Pública

y a pesar de los que

promueven el estilo de vida

estadounidense, ni los

altares de muertos ni los

festejos del halloween

constituyen verdaderas

tradiciones laguneras.

Los colonos españoles

de los Siglos XVI y XVII,

católicos de arraigo, no

trajeron en su cultura

esa clase de ritos mesoamericanos,

y los indios

tlaxcaltecas, católicos

sinceros y convencidos,

cuya cultura arraigó en

nuestra región, no los celebraban

por considerarlos

“paganos”. Su adhesión

al catolicismo europeo

fue tan firme como

sincera. En la tradición

bíblica, la evocación de

muertos merece la muerte

(llamar a los muertos)

“Y el hombre o la mujer

que evocare espíritus de

muertos… ha de morir,

serán apedreados, su sangre

será sobre ellos”. El

único caso documentado

de la existencia de un altar

de muertos en La Laguna

colonial, fue el de

un sacerdote español que

estuvo ministrando por

años en Michoacán.

Cuando fue transferido a

Parras, construyó por varios

años altar de muertos

a sus padres

En la tradición mesoamericana,

el altar de

muertos es precisamente

un instrumento de evocación

o invocación del muerto

familiar para que retorne

a la tierra de los vivos, a

degustar las ofrendas. Es

un día de convivencia entre

vivos y muertos, literalmente.

Esto es lo que sucede

en Janitzio año con año,

para ejemplificar solo un

caso de esta tradición pagana

y anticristiana. Quienes

toman en serio esta costumbre,

en realidad están participando

de una religiosidad

sincrética, pues reúnen dos

cosas que son opuestas por

naturaleza: paganismo y

cristianismo.

La SEP ha buscado imponer

la celebración de los

altares de muertos en todo

el país, aunque quizá de

una manera más folclórica

y menos religiosa, como si

en todas las regiones de Mé-

xico se hubiesen practicado

estas costumbres mesoamericanas.

El país cuenta con

etnias, culturas e historias

regionales diversas en todo

el país. No todo fue Mesoamérica,

ni todos los indios

fueron Mexicas, Purépechas

o Mixteco-Zapotecas.

A mi juicio, la SEP debe

permitir que cada región

celebre conforme a su propia

historia y costumbres.

En el caso de La Laguna, ha

sido tradición de siempre

acudir a los panteones a lavar

las tumbas familiares,

ponerles flores y si acaso,

orar por el alma del fallecido.

Desde que existen los

columbarios y criptas en

los templos y funerarias, se

les lleva flores y se oye la

misa de difuntos.

Por otra parte, los festejos

del halloween son para

nuestra Comarca Lagunera

tan ajenos como los altares

de muertos. Denotan admiración

por una cultura que

no es la nuestra y cuyos orí-

genes son otros muy ajenos.

En los Estados Unidos, las

fiestas del halloween se inscriben

en la tradición puritana

que descubría brujas y

demonios por todas partes.

Otros incluso consideran

que esta celebración es de

origen satánico. Nada que

ver con nosotros.

Los laguneros no necesitamos

copiar nada de nadie.

Nos basta con nuestra propia

y verdadera historia y

cultura, y desde luego, con

nuestra decisión e iniciativa.

Crear es una actitud del

primer mundo, copiar, del

tercero. Y yo considero que

los torreonenses ya deberíamos

estar creando o modificando

nuestra propia

cultura. Seamos auténticos

y originales...

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