Ser madre de un hijo es considerada una gran bendición, pero cuando esta bendición se multiplica con dos, tres y hasta cuatro hijos en un mismo evento, se convierte también en un gran reto.
Lilia Reyes y Patricia Salas son dos mujeres que debutaron como madres con trillizos y cuatrillizos, respectivamente. Las dos dejaron sus trabajos para dedicarse a sus hijos y lo hicieron convencidas de que era lo mejor. Para ambas, sus familias, especialmente sus madres, han sido un pilar fundamental en esta nueva etapa de su vida.
Lilia y Paty decidieron compartir hoy cómo fue este increíble proceso.
En la sala de su casa, Lilia comienza la charla. En eso llega Patricio, de 2 años 7 meses para abrazarla y estar presente en la entrevista. Minutos más tarde baja Alex, morenito de cabello negro, idéntico a Patricio, y Lilia explica, que ellos son gemelos, mientras que el tercero es cuate y sí, baja Santiago, un niño de tez blanca y cabello rubio, a jugar con sus hermanos. Los tres son un encanto.
Lilia era gerente de ventas de una empresa automotriz. Pero la idea de ser madre siempre estaba presente. Junto a su esposo Alejandro Tavera, toma la decisión de agrandar la familia sin imaginar siquiera, el tamaño que crecería.
"Al principio pensábamos que eran cuatitos y a los 15 días me hago un ultrasonido y ahí me dice el doctor que eran tres, nos fuimos de espalda porque no sabíamos qué nos esperaba, qué seguía".
Comenta que incluso experimentó miedo, incertidumbre, angustia, pero "me llené mucho de Dios", dice.
Lilia tuvo que dejar su trabajo, lo que no representó un sacrificio y a la fecha está en su casa al cuidado de sus tres hijos.
"Sí me pudo dejar mi trabajo, pero como yo estaba buscando tener hijos, lo que tuviera que dejar, lo que tuviera qué hacer lo iba a hacer con tal de que mis hijos se lograran, dije -ya estoy embarazada, lo que sigue está en mis manos-, hice lo que pude y nada me costó trabajo porque todo lo hacía con mucho cariño por mis bebés".
A las 26 semanas de gestación, Lilia comenzó con contracciones. Los bebés todavía no tenían la madurez necesaria, por lo que los doctores aplicaron tratamiento y la dejaron internada, pues su vida y la de sus hijos estaban en riesgo.
Un mes duró en el hospital hasta que llegó la hora. "Me estuvieron controlando las contracciones hasta que un día el estómago se me partió en dos y ese día supe que era momento, no podía más físicamente, pero estaba supercontenta".
Los niños nacieron en perfecto estado de salud con peso de 1,480 kilogramos 1,460 y 1,420. No necesitaron cuidado intensivo.
"Me sentí bien afortunada, ver tres bebés ahí tuyos. No me la creía, todavía hasta hoy no lo creo, es la bendición más grande de mi vida, es algo que me llena el corazón, es algo que no nos esperamos merecer, algo bueno hicimos en otra vida para que Dios nos haya dado esta gran bendición, yo quería un bebé y me mandó tres, esto es mágico", dice conmovida hasta las lágrimas.
Acepta que no ha sido fácil y como referencia da que duró un año sin dormir una noche completa.
"No dormíamos, era darles de comer con una jeringa al principio, nos tardábamos una hora, hora y media, luego ponerlos a eructar yo digo que fue un año de no dormir, fue muy agotador".
"Es pesado y es cansado, pero así también es la misma cantidad de besos, abrazos y risas, todo lo recompensas con los buenos momentos que vives con ellos".
Lilia dice sin titubeos que esta es la mejor etapa de su vida y agradece a su esposo y a sus padres Mayela Arroyo y Heriberto Reyes, el apoyo.
"Mis papás me ayudan muchísimo, son un gran pilar para nosotros, mi esposo ni se diga, totalmente entregado como papá".
"Estoy feliz, me siento enamorada, realizada, completa muy bendecida, muy consentida por Dios".
CUATRILLIZOS
Con antecedentes familiares de partos gemelares, Patricia Salas nunca imaginó que en su caso no fueran dos, sino cuatro bebés en un mismo embarazo.
En la casa de su madre, a donde se tuvo que mudar por el nacimiento múltiple, Patricia nos recibe con sus dos niñas y dos niños en sus portabebés, todos dormidos.
En el centro, hay una mesa con un pequeño pizarrón y los horarios de biberón de cada uno. Patricia, dice que es su pequeña guardería, ya que antes de tener a sus cuatrillizos trabajó en una estancia infantil.
Patricia cuenta que al igual que Lilia, se embarazó cuando ella y su esposo Juan Francisco Ramírez, toman la decisión de tener su primer hijo y al poco tiempo recibieron la buena noticia.
"Le hablé a mi mamá bien emocionada cuando supe que estaba embarazada, fui con mi suegra, le hablé a mi esposo, estábamos todos muy emocionados. Mis hermanas me felicitaron, toda mi familia", recuerda.
En su segunda visita al ginecólogo le hablaron de una segunda bendición. ¡Serán dos bebés! De inmediato compartió la noticia y de igual manera fue motivo de alegría para todos. En la tercera visita al médico, su esposo la acompañó ya que no había podido estar en las dos anteriores.
-Paty eres todo un caso, no son dos, son tres, son trillizos- le dijo el doctor. -Doctor no, ya son muchos", dice que le contestó entre risas. Pero todavía faltaba uno más. En la cuarta visita al ginecólogo, esta vez en el Seguro Social para un chequeo, lo que consideraba increíble pasó.
-Yo veo cuatro- me dijo. -No doctor son tres-. "Estaba acostada y hasta me dieron auxilio, me quise desmayar, mi mamá se quiso desvanecer, no, no, no qué increíble", narra. Entre risas, dice que ya no quería ir a más citas porque temía que le dijeran que eran más.
El caso de Laura Patricia causó revuelo en la región. Aunque ella es originaria de Lerdo, por el riesgo de su embarazo fue atendida en el Hospital número 16 de IMSS ubicado en Torreón. Nacieron el 18 de enero de este año.
Patricia se tuvo que cambiar de casa a la de sus padres Rosa María Ojeda y Antonio Salas, de manera temporal, quienes junto a sus tres hermanas le ayudan con Renata, Romina, Francisco y Antonio.
"Yo me encargo de ellos, mi mamá me ayuda en todo lo demás, cuando se nos juntan para comer me ayuda. En la mañana entre ella y yo y en las tardes nos ayudan mis hermanas y mi esposo, entre todos".
"Ha sido una experiencia única, muy bonita, pero sí ha sido pesado, nos han tocado noches muy difíciles en donde los cuatro están llorando".
A diferencia de los hijos de Lilia donde hay gemelos, los cuatrillizos no son idénticos, cada uno tiene sus características físicas diferentes.
El tiempo que duró Patricia laborando en la guardería le ha ayudado mucho a conocer a sus bebés. Identifica las necesidades de cada uno cuando lloran, les ha establecido horarios, los pone a hacer ejercicios de estimulación temprana y los cambia en un lapso corto, entre otras cosas.
Pensar en regresar al trabajo, ahorita no la ocupa, por lo pronto sus esfuerzos se concentran en cuidar y educar a sus cuatro hijos a los que define como "los amores de mi vida".
Feliz. Para Paty, sus cuatrillizos son los amores de su vida. (EDITH GONZÁLEZ)