Centro. Tomar una taza de café resulta más costoso en Argentina que en Brasil, mientras que en la primera el costo es de dos dólares, en la segunda de 0.4.
- Un análisis de costos en la edición digital del Diario El País reveló que Argentina es el país má caro de América Latina.
Destaca además que México tiene el salario mínimo más bajo de los cuatro países analizados.
El comparativo incluyó desde una tasa de café en el Centro de la ciudad hasta la compra de un automóvil.
Sin embargo, México en la mayoría de los rubros se ubica en el segundo lugar, por ejemplo, mientras que en Brasil tomar una taza de café cuesta 0.4 de dólar, en México el costo es de 1.5 y en Argentina de dos dólares.
En Colombia un litro de leche cuesta 0.6 dólares y en México 0.8.
En la comparación de algunos precios de referencia, realizada por los periodistas de El País América, Argentina es el país más caro de América Latina. La taza de café cuesta 0,5 dólares en Sao Paulo o 0,4 dólares en Bogotá. Si se trata de pagar una hora de estacionamiento, el porteño gastará 3,5 dólares por hora, contra 1 dólar del habitante de Ciudad de México. El patrón se repite en alquileres, el litro de leche o una lata de Coca-Cola. Claro que también Argentina tiene el salario mínimo más alto de la región. Precios y salarios suben sin freno -los primeros van ganando la carrera- en un círculo vicioso que ha tumbado varios gobiernos en la historia de Argentina y que el Ejecutivo de Mauricio Macri tampoco ha logrado frenar de momento. Al contrario, desde que tomó posesión la situación inflacionaria ha empeorado mucho.
Prácticamente todo es caro en Buenos Aires. Pero los precios se disparan en bienes de consumo como la ropa, los coches o la tecnología. Consecuencias directas de una inflación desbocada, un peso que se está revaluando, y un país con las fronteras comerciales casi cerradas al exterior. En Buenos Aires no hay tienda Apple ni Ikea ni casi ninguna de las habituales en las grandes ciudades del mundo, la entrada de autos de importación está muy controlada y muchas de las grandes marcas de ropa barata que se encuentran en toda Latinoamérica no han podido entrar. Eso beneficia a la industria local, casi sin competencia, ayuda al empleo y garantiza enormes beneficios a los empresarios argentinos, pero también dispara los precios. La consecuencia inmediata es que la clase media y baja compra todo en cuotas eternas, con planes de consumo subvencionados por el Gobierno, mientras la clase media-alta aprovecha sus viajes al extranjero para comprar más barato.Algunos cálculos señalan que es más barato viajar a Miami y comprar una computadora Apple de mediano valor, con el billete de avión incluido, que pagarla directamente en Buenos Aires.
Los viajes de compras a Miami forman parte de la vida normal de la clase media-alta argentina. El ahorro es considerable. En zonas de frontera como Mendoza, los argentinos viajan a Chile para comprar ropa y tecnología.
En otras como Santa Cruz, en Patagonia, se cruzan a Chile para comprar los neumáticos de los coches. Dos millones de argentinos se fueron de vacaciones a Brasil el verano pasado porque era mucho más barato alquilar una casa o pagar un hotel allí. Todo es tan caro en Argentina que los ciudadanos, acostumbrados a lidiar con mil crisis, buscan sus fórmulas para escapar a la mayor inflación de Latinoamérica tras el desastre venezolano.
El último índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por el INDEC registró en mayo una subida de 4,2% con respecto a abril, con una alta incidencia en transporte y comunicaciones (5,6%) y alimentos y bebidas (3,7%). Si se toman los índices del Congreso, basados en datos de consultoras privadas, la inflación interanual ya trepa hasta el 43%, la más alta registrada desde 2002.
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Gráfico: el siglo de torreón / Roberto Pérez J.