Querido lector: ya casi llega a su fin un 2016 complicado como pocos. Fiel a la tradición que iniciara hace algunos años mediante esta columna, te comparto mis respuestas al Cuestionario Proust invitándote a que tú también las respondas.
Es interesante ver cómo van variando con el paso del tiempo. Pese a lo que experimentamos en las tribulaciones de nuestra vida cotidiana creo, en el fondo, que lo que no cambia es nuestra esencia.
“El cuestionario Proust es un antiguo juego de salón, una especie de “test” de la personalidad, que popularizó el famoso escritor Marcel Proust, ya que cuando se lo hicieron, sus respuestas fueron de lo mas ingeniosas y originales. Y es así como ha pasado a la historia: como el cuestionario que lleva su nombre”.
¿Principal rasgo de su carácter?
La fortaleza. Recibí una educación si quieres tú muy de tiempos del Porfiriato, donde ante las crisis se puede uno doblar pero nunca quebrarse. Este año murió mi abuela y vaya que tuve que hacer uso de dicha fortaleza para no romperme por fuera, y menos ante mi madre.
¿Qué cualidad aprecia más en un hombre y en una mujer?
La lealtad y la honestidad. Año con año la respuesta no varía.
¿Qué espera de sus amigos?
Que sepan estar. Punto. En tal sentido ninguno de ellos me ha decepcionado. Mis amigos cercanos datan de hace muchos años y creo que en ambas vías ya pasamos por la “prueba del Añejo”.
¿Su principal defecto?
Ser una buena persona. Lo seguiré siendo pese a que parece no estar muy de moda en estos días.
¿Cuál es su estado de ánimo actual?
A estas alturas del año estoy pidiendo esquina y con unas ganas inmensas de irme de vacaciones. 2016 fue complicadísimo en todos los frentes aunque también tuvo sus ratos buenos. Házte de cuenta una montaña rusa pero eso sí, el aprendizaje ha sido infinito y lo agradezco.
¿Su ideal de felicidad?
Me encanta mi trabajo pero los horarios son muy demandates, en ocasiones hasta los fines de semana, de ahí que disfrute tanto poder estar con la familia y los amigos el mayor tiempo posible.
¿Cuál sería su mayor desgracia?
Extraviar el entusiasmo por la vida, que pierda colorido. Dejarme de intesar por mi entorno.
¿Qué le gustaría ser?
Estoy contento en la piel que habito y trato de hacer lo mejor que puedo con lo que me ha tocado vivir. Yo soy mi circunstancia y nada más.
¿Cuál es para usted la máxima expresión de la miseria?
Los programas de entretenimento matutino de las dos principales televisoras del país. Imagino que uno de los castigos en el infierno es que te prenden la tele y los ponen todo el día.
¿En qué país desearía vivir?
La respuesta políticamente correcta, la que darían muchas personas por citar un ejemplo, iría en el sentido de vivir siempre en México y luchar por él cada día. Yo, en cambio, prefiero decirte que en la toscana italiana. México me angustia y me agota pese al inmenso amor que le tengo, de ahí que ivir fuera siempre es una opción. Para mí una de las mejores inversiones es, dentro de las posibilidades de cada persona, destinar el dinero a viajes. Hay que apostarle a ser ciudadanos del mundo porque así se logra ser verdaderamente competitivo.
¿Su color favorito?
Blanco, azul, naranja.
¿La flor que más le gusta?
Los tulipanes. Las rosas rojas se me hacen de una cursilería infinita
¿El pájaro que prefiere?
Sería un cliché afirmar que aunque sea mitológica, el ave fénix. Todo mundo responde eso queriéndose ver interesante. A mi me divierte observar a los chanates que rondan por las tardes en Torreón. Los asocio con muchos de mis recuerdos en La Laguna.
¿Sus autores favoritos en prosa?
Con los años la lista se va haciendo interminable pero a últimas fechas Rosa Montero por auténtica y honesta. Leerla siempre me deja alguna lección.
¿Sus poetas?
Federico García Lorca
¿Qué hábito ajeno no soporta?
La mediocridad, el instalarse en la zona de confort. Hay que saber arriesgar. La edad no importa.
¿Qué es lo que más detesta?
La falsedad en una persona, que por cierto puedo detectar con enorme facilidad. Creo que hoy en día teniendo un trabajo de índole político, poder cachar a los seres humanos falsos sirve horrores.
¿Una figura histórica que le ponga mal cuerpo?
Me pone mal darle una dimensión histórica al personaje pero sí, Donald Trump. El tipo es chocante.
¿Un hecho de armas que admire?
Ninguno. La guerra lo único que pone de manifiesto es que la especie humana no aprende de sus errores y los comete con angustiante recurrencia.
¿Qué don de la naturaleza desearía poseer?
El don de la ubicuidad o ser invisible para poder escuchar las conversaciones ajenas. Sería divertidísimo saber qué dice de uno la gente.
¿Cómo le gustaría morir?
Rapidito y sin pendientes. La agonía, y especialmente en la vejez, es algo muy angustioso. Tan sólo el hecho de pensar en ello me provoca un sentimiento de indefensión absoluto porque he visto a demasiadas personas cercanas pasar por ese trance. Quisiera irme de este mundo ligero de equipaje.
¿Cuál es el estado más típico de su ánimo?
El de la liviandad. No me gusta tomarme muy en serio ni padezco los complejos y tribulaciones de la importancia. ¡Es que todo es tan efímero!
¿Qué defectos le inspiran más indulgencia?
Todos aquellos que se asuman con honestidad.
¿Tiene un lema?
Vive y deja vivir. Adoro los libros de refranes y dichos populares y hace días, gracias a uno de mis tíos, descrubrí uno que no conocía y que me mató de risa. “A ahorrar, para que la puerca tuerza”, dice. Es muy sabio.
Nos leemos en Twitter y nos vemos por Periscope, sin lugar a dudas @patoloquasto
