Hace poco tiempo, una compañera de trabajo me compartió un correo electrónico con pensamientos positivos y otros no tanto; entre ellos, me quede con algunos comentarios que además de llamar la atención, son indignantes y dubitativos.
Luego, hice algunas reflexiones y me plantee preguntas que enseguida comparto con ustedes, advirtiéndoles que no les encuentro una respuesta adecuada, porque… decir que así somos los humanos no es aceptable, si acaso esa afirmación descorazonada no va acompañada de un verdadero propósito de cambiar.
Le pido reflexione en los siguientes párrafos y que llegue a sus propias conclusiones:
"La guerras las planean y ordenan los viejos, para que las peleen los jóvenes"; se que me dirá que es cuestión de la pirámide social y política del poder, pero de cualquier manera, no es y nunca ha sido aceptable que se sacrifique a lo más valioso de una población: su juventud, en propósitos tan antinaturales como pueden ser los enfrentamientos cruentos.
"Las drogas se producen en el norte y se consumen en el sur"; sin embargo, las quejas del norte siempre van acompañadas de acusaciones e incriminaciones a los países productores, más pobres y sometidos por los ricos. Particularmente en México las producimos en parte y pagamos un precio muy alto, en relación a los ricos que la consumen y la promueven con mercadotecnia y vendiendo armas.
"Los ricos contaminan más que los pobres y los pobres lo sufren más que los ricos". Curiosamente, los ricos explotan los bienes no renovables de los pobres y los más débiles pagan el precio en salud, alimentación, educación y vivienda deplorables.
"Los aztecas eran ricos e idólatras"; los españoles les impusieron su religión con un Dios que permitía a los conquistadores avasallar a los indios, empobrecerlos, enfermarlos y hasta matarlos.
"Los ricos imponen sus normas de vida, como la democracia", aunque haya que destruir ciudades que luego ellos ayudan a reconstruir con altos costos e intereses. Recuerde Irak y piense en Afganistán.
"Los ricos producen y venden las armas bélicas a los pobres, quienes las usan en guerras civiles"; luego, aparecen las críticas a sus formas de vida social y deciden intervenir atacándolos, hasta arrasar sus poblaciones y destruir las armas que posiblemente aún les deban, para que les compren más, actualizadas y reanudar el ciclo.
¿Recuerda a los iroqueses?, que aceparon a los primeros peregrinos llegados a América; los protegieron del invierno y les dieron de comer ayudándoles a sobrevivir y al año siguiente los atacaron y empezaron a exterminarlos.
En el norte de México, empezamos por desplazarlos, cerrarles los accesos a lagunas y bosques de mezquite, generándoles hambre y debilitándolos, siempre provocándolos, hasta tener la justificación para atacarlos y exterminarlos.
"El mundo tiene el potencial de producir alimento suficiente para todos sus habitantes"; de hecho, de algunos de ellos hay sobreproducción tirándola al mar, -cereales-; la realidad es que aún cuando sobre comida, los pobres no tenemos dinero para comprarla y bajar los precios y dándonos crédito es repetitiva fórmula económica de los poderosos para explotarnos.
"Los seres humanos somos los únicos que pagamos por vivir" y a los animales les decimos así por alimentarse de la propia naturaleza, sin industrialización de los productos. Aún así, les estamos reduciendo espacios para su sobrevivencia y estamos rompiendo las cadenas ecológicas que soportan el ciclo alimenticio.
Cierto que hay algunas evidencias de mejora en relación al comportamiento humanos; empiezan a observarse conciencias que hablan por sí mismas de las injusticias, sin intereses económicos o políticos ocultos. Desafortunadamente son los pocos y con pobres recursos para enfrentar o al menos denunciar a los acaparadores y reguladores de una economía, que a cada día que pasa se ve más desgastada e ineficiente. Tome como ejemplos: el problema fiscal de EUA y la decisión superficial que le están dando, buscando ganar un tiempo que fatalmente seguirá corriendo y que, al final, pagaremos todos; revise la problemática seria en el Viejo Continente.
De cualquier forma, tenemos en nuestros haberes la esencia de bien del ser humano, esperando que pronto podamos ver cambios significativos, si no por solidaridad y subsidiaridad, sí por conveniencia de los pocos, que han agotado el sistema que nos han impuesto.
Nos corresponde comprender y aceptar que nuestra realidad solo podrá ser cambiada por nosotros mismos y que el no reaccionar -no actuar- es apoyar a otros en contra de nuestros intereses legítimos.
Como escribe Mario Benedetti: "No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento".
ydarwich@ual.mx.