Un niño o niña expuesto a las emociones de los libros tiene el potencial de convertirse en un adulto más empático.
El 2 de abril se celebró el Día Mundial del Libro Infantil, una fecha que conmemora el nacimiento del escritor y poeta danés Hans Christian Andersen y que celebra la importancia de los libros dedicados a los más pequeños. Y cómo no celebrarlos si cada vez es más evidente que estimular la lectura a edades tempranas es fundamental para la formación integral y el desempeño escolar de nuestros niños. Aunque tal vez pensemos que un niño de 2 ó 3 años es muy joven para adentrarse en el mundo de los libros, la lectura temprana puede tener un impacto positivo en sus capacidades cognitivas, lingüísticas y socioemocionales.
Esta preparación es clave, pues permite que los niños aprendan más rápido, reduciendo las frustraciones relacionadas a las dificultades con algunos procesos de aprendizaje y aumentando las probabilidades de que completen su educación.
De la misma manera, un niño o niña expuesto a las diferentes emociones de los personajes de los libros tiene el potencial de convertirse en un joven y un adulto más empático, capaz de reconocer sus sentimientos y los de las personas a su alrededor. Las historias que leen y que escuchan los invitan a conocer e imaginar mundos y realidades diferentes, personajes con los que pueden identificarse y situaciones que los transportan más allá de sus entornos. Desarrollar estas habilidades cognitivas, lingüísticas y socioemocionales es una condición esencial para lograr un aprendizaje efectivo en el hogar y en la escuela.
Que los niños puedan recibir los beneficios de la lectura depende en gran medida del ambiente en el hogar y de la calidad de las relaciones entre los niños y sus cuidadores.
Sin embargo, el panorama en la región no es alentador. El Proyecto Regional de Indicadores de Desarrollo Infantil (PRIDI) del BID encontró que de los 8 mil niños encuestados en Costa Rica, Nicaragua, Paraguay y Perú, sólo un 40% vive en hogares con libros. Y en México, por ejemplo, poco más del 56% de adultos reportó haber crecido en un hogar con libros.
En América Latina y el Caribe, nuestro principal desafío es asegurar que todos los niños y niñas adquieran las competencias necesarias para ser productivos y contribuir a la sociedad. Este desafío se agranda cuando consideramos las brechas de desempeño creadas por la desigualdad de ingresos, de género y de acceso a servicios básicos. En este contexto, la lectura puede convertirse en una estrategia efectiva para que combatamos problemas como el bajo desempeño y las altas tasas de abandono escolar de los estudiantes en la región. Un reporte de la OCDE concluyó que los jóvenes de 15 años que venían de estratos socioeconómicos bajos pero que leían frecuentemente lograron puntuaciones en promedio más altas en las pruebas PISA de lectura que alumnos de estratos más altos que reportaban leer con menos frecuencia.
Conscientes del rol fundamental de la lectura y del reto que representa encontrar literatura infantil de calidad, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en alianza con la Fundación ALAS, reconoce a autores latinoamericanos que, a través de cuentos y fábulas infantiles, abordan de manera creativa situaciones a las que se enfrentan los más pequeños en su vida diaria. A través de los Premios ALAS-BID, galardones que reconocen iniciativas de desarrollo infantil temprano, no sólo se premia al Mejor Docente o a la Mejor Escuela de la región, sino también al Mejor Cuento Infantil.
Mientras más temprano les tendamos la mano a nuestros hijos y emprendamos con ellos el camino de la lectura, más temprano los exponemos a una actividad que es divertida, estimulante y que les traerá beneficios para el resto de sus vidas. En el Día Internacional del Libro Infantil, te invitamos a nominar tu libro infantil favorito ingresando a "www.iadb.org/alasbid" y a decidir: ¿qué libro leerás con tu niño?
(Jefa de la División de Educación del BID)