Deprimidos e ignorados
Cerca del 25 por ciento de la población de personas mayores de 65 años padece algún tipo de trastorno mental y es la depresión el más común.
La depresión es un trastorno mental que afecta el estado de ánimo y las emociones de las personas. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 350 millones de personas sufren este padecimiento en todo el mundo. De estos, se calcula que el siete por ciento son adultos mayores, que a su vez conforman el sector menos atendido de la población mundial.
UN PAÍS DE VIEJOS
El número de adultos mayores se duplicó en las últimas décadas, pasando de cinco a 11.7 millones entre 1990 y 2014. En 1950, apenas el ocho por ciento de la población mundial era mayor de 60 años, hoy en día este grupo representa más del 10 por ciento, y se espera que para 2050 alcance el 21 por ciento de la población total.
Los adultos mayores representan el 10 por ciento de la población total de México, cifra que en los últimos años ha ido en aumento debido a la poca fecundidad de los jóvenes y a que cada día, el promedio de vida permite llegar a edades más avanzadas.
En 2010, la población en México de adultos mayores era de nueve millones, se prevé que para 2025 sea de 18 millones y para 2050 represente el 35 por ciento de la sociedad.
Actualmente hay más personas mayores de 60 años que menores de cuatro años. Esto quiere decir que en 2050 uno de cada cuatro habitantes será un adulto mayor.
Ante esta perspectiva, hoy resulta necesario tomar acciones para evitar que los futuros adultos mayores sufran de depresión, la enfermedad mental que aqueja con mayor frecuencia a personas después de los 60 años.
LA DEPRESIÓN NO ES NORMAL EN LOS MAYORES
Para la psicóloga Bertha Martínez Trujillo, terapeuta familiar con 20 años de experiencia, la depresión en el adulto mayor es un aspecto cultural.
Debido a la edad y las pérdidas que han sufrido los adultos mayores, como el fallecimiento de sus amigos o pareja, o incluso situaciones como la jubilación, sus familiares suelen creer que la depresión en ellos es un estado normal y no les preocupa. Sin embargo, esta es una creencia errónea, el adulto debe continuar viviendo su vida en plenitud a pesar de cualquier circunstancia.
“No es una condición natural, no es normal que un adulto mayor se deprima, es algo que debe preocupar”, afirma la especialista.
La depresión en los adultos mayores es un padecimiento multifactorial, pero según Martínez Trujillo la familia juega un papel muy importante.
“Los adultos mayores están en una etapa donde sus habilidades y aptitudes ya están desmerecidas y necesitan ayuda para muchas cosas, algunas veces no escuchan con claridad o la memoria les falla, y en ocasiones las familias comienzan a cansarse de estos aspectos y comienzan a relegarlos”, detalla.
Las señales de depresión en un adulto mayor son las mismas que en las personas de cualquier edad. Entre ellas se pueden citar la falta de limpieza personal, ya que pierden el sentido a estar aseados; suspensión de tratamientos médicos, carácter irritable, descanso excesivo, falta de apetito, sentimientos de culpa y pláticas recurrentes sobre la muerte.
Según la psicóloga, la depresión es un padecimiento que, contrario a lo que las creencias populares puedan indicar, no se cura por sí solo. “No se trata de voluntad, tiene que haber un estudio de cómo funcionan sus neuronas, ya que se van deteriorando, no hay sinapsis como debe de ser”, recalca.
En ese sentido, indica que la primera medida que los familiares deben tomar al detectar signos de depresión en el adulto mayor es llevarlo con un neurólogo. Asimismo, deben estar conscientes de que la depresión debe tratarse en conjunto con terapia psicológica, medicación de un experto y apoyo de los familiares.
TRATAMIENTO
Son muchos los factores que pueden originar depresión en los adultos mayores, por ejemplo el sedentarismo, la gradual pérdida de sentidos como la vista y el oído, y algunas enfermedades crónicas o complicaciones de salud que se van agravando conforme pasa el tiempo, sin embargo, es importante recalcar que hay altas probabilidades de tratar la depresión exitosamente en los adultos mayores.
Según el documento titulado Diagnóstico y tratamiento de la depresión en el adulto mayor en el primer nivel de atención, realizado en 2011 por la Secretaría de Salud, hay evidencias de que entre el 65 y 75 de los casos de depresión en los adultos mayores es tratable y es el personal médico quien debe indicarlo.
En el estudio se explica que el tratamiento que debe emplearse debe combinar psicoterapia y farmacoterapia, aunque en el caso de esta última desaconseja el uso de ansiolíticos: no se debe considerar la monoterapia con benzodiacepinas. Si coexiste la depresión con la ansiedad, se debe de utilizar dosis bajas de ansiolíticos de vida media corta durante un período no mayor a tres meses para evitar tolerancia y adicción. Las benzodiacepinas no son antidepresivos.
En contraparte resalta los beneficios del tratamiento psicológico, el cual puede abarcar entre seis y nueve meses, aunque la mejoría comienza a ser evidente desde las primeras dos semanas, ya que el potencial benéfico de la psicoterapia no disminuye con la edad, de hecho, los resultados obtenidos en tratamientos no farmacológicos desafían la creencia de que los adultos mayores son rígidos e incapaces de alterar los hábitos disfuncionales, cita el texto.
Algunas recomendaciones adicionales son que el adulto mayor realice actividad física y forme parte de redes sociales afines a sus gustos e intereses. La lectura de libros de autoayuda también ha mostrado resultados positivos.
EL PROBLEMA IGNORADO
La depresión en los adultos mayores es uno de los padecimientos más descuidados de la sociedad. Como ya se dijo, la familia suele ignorar la situación porque piensan que es normal o que su familiar no respondería a un tratamiento. Por otra parte, el gobierno destina una gran cantidad de recursos públicos para acciones a favor de la población de adultos mayores, pero son deficientes o insuficientes.
“El gobierno lo que hace es crear espacios, pero hace falta mucho trabajo”, señala la psicóloga Bertha Martínez, y añade que el adulto mayor debe estar involucrado en actividades, tener un proyecto de vida.
Pone como ejemplo los supermercados que emplean a adultos mayores en sus tiendas, esto da oportunidad a los ancianos a tener una rutina diaria más activa y convivir con otras personas de su misma edad y de círculos diferentes.
ACCIONES A TOMAR
El incremento de adultos mayores generará en el futuro un impacto en el sistema de salud públca y desafíos a la organización familiar.
Con el inminente aumento de la población de edad mayor a los 60 años, los gobiernos deben tomar acciones especializadas en ese grupo de la sociedad.
De acuerdo con la OMS, es importante la capacitación de los profesionales en atención para ancianos y sus afecciones, la prevención de enfermedades y la medicina preventiva, para mantener una vida digna.
La promoción de hábitos activos y saludables es otra de las acciones que los gobiernos de las naciones deben tomar para mejorar la calidad de vida de los adultos.
Así como crear condiciones de vida y entornos que acrecienten el bienestar y propicien que las personas adopten modos de vida sanos e integrados. Todo esto sumado a la distribución de apoyos necesarios.
Correo-e: arojas@elsiglo.mx