Una denuncia de vecinos contra un cibercafé en donde a diario se oían gritos, peleas y música a alto volumen llevó a los inspectores del Ayuntamiento a supervisar el local, donde encontraron un salón escondido en el que había más de 100 personas deambulando desnudas, la mitad de ellas jóvenes de entre 13 y 17 años. En el lugar también hallaron cabinas individuales para ver pornografía y glory hole, un agujero para realizar prácticas sexuales.
A la fecha se han localizado cinco prostíbulos disfrazados de cibercafés en Morelia, donde menores de edad, convocados por redes sociales, pueden ver pornografía y sostener encuentros sexuales con adultos. Autoridades locales reconocen que esta nueva forma de prostitución o comercio sexual se ha extendido con rapidez a otras ciudades y que cada día gana más adeptos.
