Fuego. Un hombre inspecciona la zona en donde se detonaron los juegos pirotécnicos sin autorización.
La Policía india arrestó ayer a cinco personas vinculadas por la explosión registrada la víspera en un templo del sureño estado de Kerala, durante una exhibición de fuegos artificiales, que causó la muerte de al menos 107 personas y 400 heridos.
En medio del creciente clamor por la prohibición de fuegos artificiales en India, luego de la tragedia registrada la madrugada del domingo en templo Puttingal Devi, de la localidad de Paravoor, Kerala, la policía afirmó que mantiene bajo custodia a cinco sospechosos.
Los detenidos, cuya identidad no ha sido revelado, forman parte de un grupo de 25 personas detenidas inicialmente en relación con la investigación del caso, incluidos 15 miembros del Comité del templo, y dos contratistas de los fuegos pirotécnicos, informó la agencia PTI.
Las cinco personas se mantienen bajo interrogatorio de la Policía y permanecen detenidas por su violación a la Ley de Sustancias Explosiva, intento de asesinato y tentativa de cometer homicidio involuntario, en relación a las 109 personas fallecidas confirmadas hasta ahora.
La explosión, aparentemente accidental, se registró cerca de las 03:30 horas locales del domingo (22:00 GMT del sábado), horas después del comienzo de una exhibición de fuegos artificiales para las festividades del Meena-Bharani, que marca el año nuevo hindú.
De acuerdo con la versión de varios sobrevivientes, la detonación se registró cuando chispas de los primeros petardos lanzados cayeron en un auto lleno de petardos y el cobertizo del almacén del templo, donde se guardaban grandes cantidades de pólvora, químicos y otros explosivos.