Después de dejar ir el título del US Open el año pasado, Dustin Johnson borró una desventaja de 4 golpes para llevarse el título.
Ni la confusión que imperó en el US Open pudo evitar que Dustin Johnson demostrara que esta vez tenía todos los merecimientos para proclamarse campeón.
Un año después de la más devastadora de todas las derrotas increíbles que ha sufrido en los grandes torneos, Johnson se sobrepuso a la incertidumbre que se mantuvo durante dos horas acerca de cuál era su marcador. Y es que la Asociación de Golf de Estados Unidos (USGA) sopesó durante largo tiempo si penalizaría al golfista con un golpe, por supuestamente tocar la pelota con el palo antes de hacer su putt en el green del hoyo 5.
La USGA informó que esperaría hasta que todos los golfistas concluyeran la ronda para tomar una decisión.
De cualquier modo, Johnson se encargó de que la sanción perdiera relevancia en Oakmont, al salvar el par en el hoyo 16. En el 18, realizó un tiro de salida justo por el centro del fairway y logró un magistral disparo de aproximación que dejó la bola a escaso metro y medio. Se apuntó un birdie que no dejó sombra de duda sobre quién había conquistado la prueba más dura del golf.
Sólo después de que Johnson tenía asegurado el trofeo de plata, la USGA le impuso la sanción de un golpe.
Johnson tenía que realizar un putt corto en el 5. Hizo algunos swings de práctica y, cuando colocaba el putter detrás de la pelota, ésta se movió ligeramente hacia atrás. Johnson retrocedió y pidió que acudiera el supervisor de las reglas, a quien le dijo que la pelota no se había movido. Luego, se anotó un par.
El año pasado, en el último green, debió realizar tres putts. Ello permitió que Jordan Spieth se coronara.
Esta vez, Johnson borró una desventaja de cuatro golpes para superar a Shane Lowry, el líder después de la tercera ronda. El acumulado del ganador fue de 276, cuatro bajo par.
El segundo puesto fue compartido por Jim Furyk, Scott Piercy y Shane Lowry, con un acumulado de 279, uno bajo par.
