Ecos de quijotismo lagunero en España
Mi admiración por Miguel de Cervantes y su máxima obra, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, destiló en estas páginas, hace más de diez años, algunas palabras que recientemente resonaron en uno de los ámbitos más respetados y dignos de consideración, es decir, en una Universidad.
Para sumar un doctorado a su carrera, el doctor Xabier Añoveros Trías de Bes, presentó en la Universidad Camilo José Cela, de Madrid, su tesis Conceptos, ideas y contenidos económicos en el Quijote, cuyo título dice todo. De allí conviene resaltar el motivo fundamental: la obra cumbre de Miguel de Cervantes y de la literatura de nuestra lengua.
En su tesis, el doctor Añoveros cita, entre otras, aquellas palabras a que me refiero en el primer párrafo, mismas que por supuesto yo volvería a escribir y suscribir. Dicen así en la Introducción: “En suma, al decir del escritor cervantista mexicano Saúl Rosales, el Quijote es uno de los libros que más agradecimiento merece de la humanidad. Uno tiene que agradecerle su inmensa gracia, su generosa intención humanista, su habilidad para desdoblar pliegues recónditos del alma, su dilatada y amena lección de español, las horas y horas de diversión que contiene.” La cita proviene de Un año con el Quijote, libro que publiqué en 2010.
Claro que me queda grande el atributo de cervantista con que me inviste el doctor Añoveros. Yo quisiera tener en imaginaria otra vida para dedicarla a serlo, para conquistar el adjetivo de cervantista. Pero bueno, me lo calzo por respeto a su doctoral autoridad y lo acepto si por cervantista se entiende a quien ama, sigue, comparte la obra de Cervantes.
Entre las muchas cualidades que hacen grandiosa a la novela cervantina desde hace mucho se ha mencionado su actitud crítica, de manera que no es infrecuente que se refiera su posición no complaciente cuando se comenta. En su tesis, el doctor Añoveros reproduce unas palabras de mi libro Don Quijote, periodistas y comunicadores (publicado en 2012) en las que hago obvia la punzante tendencia de la novela, o mejor la transformadora y humanista posición del escritor Miguel de Cervantes. Dichas palabras son las siguientes:
“Puede leerse en las palabras de don Quijote una no velada crítica contra quienes no adoptan una actitud de servicio que les convierta en fuente de solidaridad, en portal de amparo, ni en puerto de auxilio, es decir, don Quijote habla contra los que no se formaron en la generosidad ni en el desprendimiento y se acomodaron en la fría madriguera del egoísmo.”
De mi otro libro mencionado, Un año con el Quijote, el doctor Xabier Añoveros cita unas líneas donde pretendo justipreciar la crítica de la falsa pobreza y pondero el humanismo renacentista de Cervantes. Esos renglones son los siguientes:
“Luego destaca un breve discurso de Cide Hamete sobre la pobreza en general y después sobre la de don Quijote. El discurso del narrador es un comentario sobre las ideas religiosas de la pobreza. Cita a San pablo cuando dice ‘Tened todas las cosas como si no las tuviésedes’. ¡Qué grata pobreza! Es fácil vivir como pobre sabiendo que se tiene a la mano la riqueza.
“La breve perorata sobre la pobreza, solo dos párrafos con las palabras de Cide Hamete y el narrador, es un bello ejemplo de discurrir renacentista y erasmista, crítico y reformador, como dice Rosales; si la ideología del texto asusta, la estética de la historia emociona.”
Sin modestia, con la actitud de don Quijote cuando le dice a la ventera que “la alabanza propia envilece”, me he permitido citar esas referencias a mis libros insertadas en la tesis del doctor Añoveros porque quiero compartir la satisfacción de que unas palabras laguneras escritas acerca de un genial libro, hayan resonado en un documento y una institución españoles.
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