Nobleza. Eddy es de buen carácter, le gusta leer, escribir y utilizar su tableta. También es fanático de la serie del Chavo del Ocho.
A sus 57 años, "Eddy" le gana a las dificultades. Tiene Síndrome de Down y contra todos los pronósticos médicos y sociales, ha crecido su esperanza de vida.
A raíz de que murieron sus padres, se quedó bajo el cuidado de su hermana Diana.
"Yo soy menor que Eddy, alrededor de 7 años, cuando yo empecé a tomar conciencia él ya era un adolescente, vivíamos en Monterrey y estaba más complicada la situación (...) tardó mucho en aprender a hablar, pero avanzó bastante a comparación de las personas con Síndrome de Down contemporáneas a él", explicó Diana.
RETOS
De niño, Eddy tuvo que enfrentarse al "estigma social", a los prejuicios y a la minusvaloración. "Yo me acuerdo de mi infancia, de los niños burlándose un poquito de las personas como él, hoy ya lo veo menos, ya no siento que haya tanto rechazo", agregó.
Eddy, actualmente es alumno del Instituto de Desarrollo Integral, A.C., una institución que alberga a niños, jóvenes y adultos con capacidades diferentes, entre las que se encuentra el Síndrome de Down.
Últimamente, ha faltado a la escuela debido a que atraviesa por algunas complicaciones en su salud, está más cansado, pero no pierde el ánimo. Es dócil de tratar, es animoso y muy ordenado. A su ritmo, disfruta mucho las películas, la música y dice que le gusta leer, escribir cartas de amor y ver la serie del Chavo del 8.
"Escribo cuentos (...) me gusta salir de vacaciones, estar con mi familia, con mis amigos, me entretengo con todo y luego, cuando voy a la escuela, aprendo muchas cosas, por ejemplo, las sumas, las restas y multiplicaciones", dice Eddy.
Visiblemente emocionado, cuenta que es muy feliz. Es enamorado por naturaleza y ha tenido novias "por montones".
"Tengo novia, se llama Pamela, la conocí en Torreón (...) me junto con ella en la escuela, le digo que la quiero mucho y platicamos", señala Eddy sonriente. Para Diana, los avances de la medicina y los cambios sociales, han permitido que las personas con Síndrome de Down tengan una mejor calidad de vida.
"Realmente, el avance que han tenido las personas con Síndrome de Down y la inclusión y aceptación en la sociedad es muy distinto a hace 57 años", explica.
Hasta hoy, Eddy, aún tiene muchas cosas por hacer. Quiere seguir viajando y "disfrutar cada minuto".
"Cuando voy a la escuela aprendo muchas cosas, por ejemplo, las sumas, las restas y multiplicaciones”. — Eddy, adulto con Síndrome de Down.