Besos, novios y juegos "sexuales" en niños de preescolar
- Maestra, dice Pepe que es novio de Marcela por que se dieron un beso.
- Marcela, ¿es cierto?
La niña se sonroja y dice que sí moviendo su cabeza.
Situaciones como ésta suceden sin excepción cada ciclo escolar.
En mis primeros años como educadora, yo quedaba admirada al observar una energía invisible entre algunos niños pequeños: compatibilidad natural para reír y jugar juntos sin haber cruzado palabra y ni siquiera conocer los nombres el uno del otro. Me sorprendía como esa "química" que vives en la adolescencia es muy similar a la que se da en la primera infancia, con la diferencia que en la niñez no está vinculada al interés sexual. Los infantes demuestran la compatibilidad al jugar y destinar el mayor tiempo y espacio posible a una persona en especial. Esta preferencia tiene un gran significado para ellos en su desarrollo emocional. Puede ser la primera afinidad que sienten con alguien externo a su familia.
Generalmente, los niños preescolares expresan de manera natural y espontánea su cariño por una persona. Esta identificación conlleva en algún momento demostraciones de cariño, como compartir su almuerzo, regalar un dulce, carta, estampita, defenderse en algún conflicto, tomarse la mano o darse un beso. Estas conductas son normales. Así como el niño preescolar siente amor por sus padres y hermanos, puede desarrollar amor por un amigo o amiga especial, lo cual es parte de su crecimiento personal.
Algunos padres de familia muestran preocupación al pensar que los niños tienen un comportamiento precoz y no apto para su edad, sobre todo si el niño o niña besa en la boca, pero deben recordar que el niño no asocia el beso o el noviazgo con la sexualidad de la vida adulta y muy probablemente haya considerado el beso como una demostración de cariño socialmente aceptada al observarla en sus padres, tíos, o relaciones de pareja cercanas. Por lo tanto, no es conveniente alarmarse si el niño o la niña llega a casa y dice "tengo un novio" o "tengo una novia". Lo ideal es prestar atención, respetar sus sentimientos, evitar burlas, e indagar el porqué dice tener novio o novia. Posteriormente, orientar sus deducciones hacia la posibilidad de una linda amistad y la existencia de otras muestras de cariño, como un abrazo o un beso en la mejilla.
Sin embargo, si resulta de suma importancia la conversación del infante con respecto a su "noviazgo". Con ella, podría detectarse algún elemento fuera de lo normal. Por ejemplo, si su novio o novia son mayores que él (de siete años o más) o si imitan conductas propias de relaciones adultas (posiciones sexuales, besos en diferentes partes del cuerpo, tocamientos o cualquier acción de intimidad en pareja). Estas prácticas ameritan indagación y atención inmediata, ya que alguno de los menores podría estar siendo víctima de algún tipo de abuso o descuido por parte de sus tutores.
No obstante, existen algunos "juegos sexuales" naturales entre niños. No necesariamente es su "novio" o "novia" con quienes exploran su sexualidad. Generalmente, los niños preescolares buscan momentos durante el recreo para el juego sexual natural y lo hacen a la vista de otros niños y de los adultos a su cargo. Uno de ellos es "el doctor", dinámica mediante la cual observan o tocan a otros niños atendiendo a las reglas del juego. A pesar de ser natural, es conveniente distraer a los niños sin mostrar sobresalto e invitarlos a otra actividad; además, informar a los padres y aprovechar la situación para enseñarlos a cuidar su cuerpo y su intimidad.
Muy seguramente, tanto la demostración de cariño por otro compañero como los juegos sexuales, serán suspendidas o disminuidas en la etapa escolar, edad en la que los infantes generalmente rechazan al sexo opuesto y existe entre ellos una relación de rivalidad. De no ser así, resultaría imperante analizar la situación particular de los niños que continúan con estos comportamientos.
En conclusión, lo más importante es tener una comunicación abierta con los niños pequeños, mediante la cual puedan expresarse de manera confiada y sin ningún temor a ser reprendidos. Además, es fundamental conocer cuáles son los límites naturales en la expresión del cariño y la curiosidad sexual infantil. Esto nos permitirá guiarlos e intervenir puntualmente cuando sea necesario.
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