Trágico. Alrededor de cien personas murieron en una cadena de atentados del Estado Islámico.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el lunes la ola de atentados en cuatro ciudades de Siria, sobre todo en áreas bajo el control del régimen de Bashar al Assad y de las fuerzas kurdas, que dejaron al menos 53 muertos y decenas de heridos.
La agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo extremista, informó que "seis operaciones de martirio golpearon Damasco, Tartús, Homs y Hasaka". "los atentados fueron simultáneos y tuvieron como objetivo zonas bajo el control del régimen sirio y de las fuerzas kurdas". Explicó que un coche bomba estalló contra un puesto de control del Ejército sirio en el puente de Arzuna en la ciudad portuaria de Tartús, uno de los feudos del régimen, seguido de otra detonación causada por un suicida que portaba un chaleco explosivo.
En esta ciudad mediterránea, al menos 38 personas murieron, incluidos 16 soldados, además unas 45 resultaron heridas, informó la televisión estatal siria. En la ciudad de Homs, en el centro de Siria, otras cuatro personas perdieron la vida y por lo menos siete fueron lesionadas a consecuencia de la explosión de una bomba en un barrio habitado mayoritariamente por alauitas.
En tanto, una motocicleta bomba explotó junto a un puesto de control de las fuerzas de seguridad kurdas en la ciudad de Hasaka, en el noreste de Siria, con un saldo de ocho muertos, mientras otra bomba estalló en Sabora, al oeste de Damasco, causando tres muertos.
