Parecería tratarse de una noticia de poca importancia, más bien curiosa y por lo mismo de poca jerarquía. En un país lleno de muertos y desaparecidos, en qué nos podría llegar a afectar la desaparición de las abejas. Pero lo que parecería un tema baladí no lo es así.
La desaparición de más del 70 % de la población de las abejas en nuestra Comarca sí representa un asunto de capital importancia e interés para todos. Muchos se preguntarían ¿Qué tenemos que ver nosotros con las abejas o los insectos voladores que merodean por nuestros sembradíos y cultivos? Pues sí tenemos mucho que ver y más de lo que nos imaginamos.
Albert Einstein una de las mentes más lúcidas que ha dado el género humano sentenció: "Sin las abejas, el hombre no viviría más de cuatro años". ¿A qué se refería el genio alemán cuando se atrevió a afirmar tan espeluznante sentencia?
La tarea de las abejas consiste de manera primordial a la polinización de las plantas. Esto es, las plantas puedan llegar a reproducirse, crecer y dar frutos gracias a la polinización de las abejas. Sin polinización no hay reproducción de las plantas ni pueden dar los frutos que son nuestro alimento y de muchas especies de animales. Así de fácil y así de terrible.
Las abejas son la base del mantenimiento de la cadena alimenticia para los seres de este planeta empezando por los peces y terminando con los mismos insectos.
PLATO FUERTE.- En Alemania, Japón, Egipto y la India, como en otros países, ya se dieron voces de alarma. Lo mismo viene sucediendo en 24 estados de la unión americana en donde nuevos estudios revelan que ha desaparecido el 30 % de los himenópteros.
Ahora es en nuestra Comarca donde se detectó la desaparición de más del ¡70 % de las abejas de la región! Ellas son precisamente las que polinizan nuestros cultivos, muy especialmente la alfalfa y otros forrajes (aquí entraría toda nuestra industria agropecuaria y lechera sólo por decir algo).
Con la desaparición de las abejas existiría el peligro que la cadena alimenticia pudiera romperse y aunque conocemos la naturaleza y sabemos de su capacidad para recomponer cualquier problema de equilibrio ecológico, eso sucedería después de un gran número de años, mientras tanto, hombres y los animales nada podrían hacer para restaurar esa cadena alimenticia.
El estudio del problema de la desaparición de las abejas podrían pensar algunos ser inútil, pueril o intrascendente, pero no es así. El hombre se ha dedicado estos últimos doscientos años a destruir los ecosistemas de la naturaleza y en esa demoledora tarea llegó al calentamiento global cuyos efectos ya se sienten en todo el globo terráqueo. Además, se han formado enormes hoyos de ozono en la atmósfera que amenazan la misa existencia del hombre.
Desgraciadamente las alarmas rojas prendidas en los cinco continentes por científicos estudiosos de los fenómenos de la tierra, no tienen eco alguno en nuestra sociedad. Pasan totalmente desapercibidos por la población que parece no interesarle lo más mínimo el futuro de nuestra casa.
POSTRE.- Para muchos se trata de falsas alarmas apocalípticas producto de la fantasía de algunos que tratan de intimidarnos o simplemente de negarnos un futuro feliz. Para otros, se trata de problemas aun muy lejanos difíciles de prevenir y menos de resolver, por lo que más vale meter, como el avestruz, la cabeza en la tierra y no preocuparnos por males que nadie sabe con precisión cuándo nos llegarán.
DIGESTIVO.- De ahí la importancia de que la Sagarpa y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro de Coahuila estudien este fenómeno, que no es despertando la curiosidad de la sociedad como otros intrascendentes y frívolos que sí la ocupan, ya que este sí es un problema real y de capital importancia para nuestro futuro.