Proceso. En el amor, no sólo son emociones, también hay un proceso químico que se desarrolla a nivel cerebra, según expertos.
En el enamoramiento, el cerebro genera sustancias químicas similares a las drogas y pone a trabajar su sistema de neurotrasmisores a niveles cercanos a la "locura" -trastorno o perturbación patológica de las facultades mentales-, señala el psiquiatra del Instituto Mexicano del Seguro Social en Coahuila, Christian Arellano.
El médico, explica que cuando una persona se enamora aparece la feniletilamina, y tanto el hombre como la mujer aumentan sus niveles de dopamina, noreprinafina (adrenalina), y oxitocina, neurotransmisores que pueden crear una forma alterada de la realidad. La feniletilamina es una sustancia que el cerebro fabrica para estimular el sistema nervioso, en el enamoramiento se elevan los niveles de producción y el cuerpo responde con secreción de dopamina, que es el neurotransmisor que produce las sensaciones del placer.
La noreprinafina es importante en el estado de alerta y en las emociones, mientras que la oxitocina es la hormona responsable de las contracciones en el útero (para provocar parto), es la que se encarga de hacer brotar leche para amamantar al bebé, es un mensajero químico del deseo sexual y se segrega en grandes cantidades durante el orgasmo.
Cuando surge el amor, estos neurotransmisores comienzan a trabajar en forma elevada y dan lugar a los típicos arrebatos sentimentales, que llevan a la persona a hacer cosas que en otra circunstancia no haría. Estas sustancias son similares a las drogas, abunda el psiquiatra, se asocian al placer y generan un "coctel" capaz de modificar de manera temporal la conducta de una persona. "Al igual que en el consumo de drogas, el cerebro genera tolerancia, en un plazo aproximado de tres años, sobreviene el desenamoramiento y la persona se da cuenta de que su pareja tiene múltiples defectos, que antes no veía", explica.
Una vez que pasa la fase de amor y que decaen los niveles de producción de feniletilamina, puede ocurrir la separación o el ingreso de la pareja a la etapa del apego, en la cual se generan endorfinas, que permiten mantener tranquilos al hombre y a la mujer, pero ya sin ese sobresalto inicial y sin esa pasión, que antes los unía.
Las endorfinas son compuestos segregados con estructura química similar a la morfina y otros opiáceos. Esta sensación de sosiego, forma parte de la etapa del apego y seguridad. En este período, lo más sano es evitar el "apego forzado", que en ocasiones ocurre por razones económicas o sociales. Lo óptimo es transitar a un apego consentido, en el que ambas partes estén interesadas en seguir y alimentar la relación.