La afición lagunera regresó al estadio Corona para apoyar a su equipo.
Santos quiere volver a lo que un día fue. El Sol ya está de regreso en las tribunas. La mitad de la cancha es iluminada por el astro rey mientras el resto es cobijada por la cálida sombra de la tribuna poniente.
Así, bajo un intenso calor, se celebró el inicio de un torneo más en la alguna vez llamada "Casa del Dolor Ajeno".
Y la afición lo sabe. El horario de los domingos a las 6:00 de la tarde es lo más parecido a lo que vivió el equipo de sus amores en su época romántica. Cuando no había lujos. Cuando ir al estadio era todo un ritual.
Las tribunas casi están llenas; 25,297 personas, según el sonido local. Pero no todos son de Santos. Una esquina del estadio ha sido poblada por los incómodos visitantes, resguardados en todo momento por elementos de seguridad, aún con el desagradable recuerdo de su anterior visita.
El futbol se respira en La Laguna. Desde las arterias congestionadas minutos antes del encuentro. Las actividades a las afueras del inmueble. Los vendedores de lonches y recuerdos. Las edecanes. Todo está dispuesto para que de inicio la fiesta.
Con el correr de los minutos, algunas nubes se apiadan del respetable y aligeran un poco la carga de los rayos solares.
La primera gran emoción llega al minuto 24, un balón al palo. Después del 30, una serie de tiros de esquina del rival calman el ánimo en las tribunas. Los Libres y Lokos también se han calmado, el calor lagunero no se parece al que viven a diario.
Para el inicio de la segunda mitad, prácticamente la sombra está en todo el campo. Y el único balón que entra en las redes es un fuera de lugar, para fortuna de los laguneros.
El cero a cero final deja ahogado el ansiado grito, que seguramente llegará la próxima vez que haya futbol en La Laguna.
