El camino hacia el arte

La pintura provee estímulos que impactan de maneras muy variadas la percepción de la que es participe es observador ya sea por el realismo, la estridencia, la mesura o el juego con los elementos que componen una obra y por ende la hacen única.

Del mismo modo la pintura es sencillamente relacionada con las artes, se hace esta conexión casi inmediatamente quizá por la humana necesidad de plasmar aquello que embarga nuestras emociones y pensamientos, para que de ese modo perdure en el tiempo. Las formas de lograrlo van de lo claramente escrito hasta las imágenes más abstractas que de cierta manera permiten una interpretación más amplia por parte del receptor de la obra.

La destreza y la intensión del autor son también claves que nos permiten comprender porque un cuadro puede ser tan vistoso que genere atracción hacia sí o que con únicamente los componentes esenciales produzca una experiencia compleja.

A través del tiempo las formas en las cuales esto sucedía fueron evolucionado y tomando caminos que mediante la experimentación y nutriéndose de una realidad social e individual por tanto la diversificación de la pintura fue cada vez más multifacéticas, principalmente en el período de las vanguardias.

Un pintor que es reconocido por sus bellos cuadros de bailarinas nos brinda el ejemplo de cómo puede percibirse no sólo la realidad con todos sus detalles -visualmente hablando- él también les da la libertad del movimiento seguir con el juego de luz y sombra que permite adivinar la hora del día y prácticamente escuchar la melodía que se está ensayando. Eso es no cortar la vitalidad de la escena para ajustarla a un marco, es permitirle seguir existiendo en un plano quizá diferente al original y que siga siendo dentro del lienzo.

Edgar Degas desde su taller es autor de la realidad que permanece fresca y que hace perdurar lo que parece un momento únicamente, pero sus obras no son únicamente joven bailarinas ensayando. Usualmente se le adjudica dentro del impresionismo y pese a que algunas de sus obras tiene marcada semejanza por la pincelada libre, el color y le movimiento no toda su obra es de esta manera principalmente por el trabajo que realizada en mayor medida desde un espacio cerrado y no a luz natural en exteriores.

Degas tiende a pintar escenas realistas y caracterizadas por el uso de una luz suave que aligera la atmósfera de la obra ya que los colores que emplea van de lo neutro a lo obscuro, por lo cual las fuentes de luz permiten que el color no sea vea pesado a la vez que generar la sensación de espontaneidad.

De manera que las obras de Edgar Degas son un punto y aparte del impresionismo, ya que si bien no seguía al pie de la letra los lineamientos con los cuales les reconocemos, pero sí presenta la vitalidad y espontaneidad que logra tanto con las pinceladas suaves y con gran movimiento como sus bailarinas o aquellas de delinean perfectamente vestidos negros con delantales blancos.

Esa es precisamente la fascinación que nos puede manifestar en su obra, conseguir tales efectos de una manera tan única que reflejan un poco de su persona, si él tiene obras bellas de admirar agradables a la vista, pero también ampliamente recomendables para reflexionar sobre la técnica y la forma en como nos abre un ventana a un momento único que hace perdurable para su observador.