El camino hacia el arte

¿Cómo se relaciona la vida y la obra de un artista? naturalmente, están estrechamente ligadas las experiencias que vive con aquello que plasma, de algún modo podría decirse que sus obras son un recorrido gráfico a lo largo de su vida.

La evolución o la maduración de las obras no sólo en referencia a los aspectos técnicos o compositivos toman una línea temporal acorde a los acontecimientos vitales que experimenta el artista. En algunos casos esta situación es muy marcada como por ejemplo las obras de Van Gogh, en las cuales en un primer período revelan un trazo y un colorido acorde al hecho de vivir en un poblado minero, que transmiten la sensación del frio y del cansancio. Mientras que al sentir la calidez de la Provenza, especialmente Arles las obras toman un tono más ameno y luminoso.

Al hacer hincapié específicamente de eventos vitales que marcan la obra de un artista podemos enfatizar en el caso de Rene Magritte quien en varias ocasiones pintó personajes con la cabeza cubierta por telas, hay quienes lo relacionan con la forma en que murió la madre del autor, ya que al fallecer ésta tenía telas cubriéndole el rostro.

Ambos ejemplos están relacionados con eventos en los que se involucró el artista, pero de una forma "externa" por denominarlo de algún modo, ya que responde a un contexto o a una experiencia que involucra a otras personas. Pero ¿qué ocurre si queremos llevar este fenómeno hacia lo que ocurre en su psique, a los elementos más profundo de los que está conformado el ser humano? Si, una parte de ellos se proyecta en las obras mencionadas con anterioridad, porque es el artista quien bajo la influencia de su experiencia de vida crea esas obras, pero existe una vía de rápido acceso para cuando el autor se pregunta ¿quién soy? El autorretrato.

Aquí el observador y lo observado se funden para mostrar al espectador como el -yo artista- se plasma a sí mismo desde su perspectiva. Esta última parte es importante ya que el autor no se ve influenciado por aquello que se dice de él.

Desde la psicología el autorretrato puede entenderse de diversas maneras, una de ellas que es una forma narcisista de nutrir al "yo" cuya función es hacerlo fuerte. También puede verse como una herramienta de autodescubrimiento. Esto puede relacionarse cuando nos preguntamos ¿Qué es lo que ve el artista, cuando se ve a sí mismo?

Ya no únicamente nos presenta por medio de sus obras los eventos de su vida o formación técnica, se nos muestra a sí mismo como él se percibe. De Vincent Van Gogh existen más de 40 autorretratos -¿qué nos quiere mostrar con ello?- aunque los rasgos en su mayoría son constantes existen diferencias muy claras en tanto en la expresión del rostro como en la forma de presentarse.

¿Qué podemos encontrar en un autorretrato? La emoción que presentaba en ese momento, el deseo de verse reflejado de poner en una plano físico-tangible su mundo interno.

En lo personal me agrada pensar que es una forma de construirse a sí mismo, voltear la mirada a aquello que somos y que no siempre logramos definir, es dar forma y compartir emociones, sentimientos, ideas, recursos para crecer o miedos que siguen difusos.

Entonces la utilidad de un autorretrato no sólo deriva en lo personal, en aquello que media la realización del mismo nos ayude a comprender mejor de nosotros, también es un acto de honestidad -mostrar el así soy- y compartir aquellos aspectos tan profundos que llegan a emerger en una obra de este tipo y se cristalizan en la obra que puede ser apreciada por otros.