El camino hacia el arte
Al referirse a la palabra "leer" lo primero que viene a la mente de una persona es un texto, letras que conforman palabras y que en su conjunto nos transmiten una serie de ideas ordenadas de forma que adquieren un significado. Este proceso que se ha descrito en pocas palabras es en apariencia es simple, sin embargo no se trata únicamente de lo que representan esas palabras, sólo que estamos tan familiarizados con él que nos parece una situación muy natural.
Esto se debe, en parte a que la instrucción que hemos recibido desde diferentes medios sobre la interpretación y la emisión de los signos que llamamos letras nos han abordado desde una edad temprana.
En un primer momento sólo conocíamos el sonido de las palabras, después llegaría una educación formal cuyo objetivo principal es dar las pautas del uso adecuado del este lenguaje.
Sin embargo este no es el único lenguaje que se conoce, ya que las maneras en que se transmite información pueden ser verbales (relacionada con el sonido de las palabras), escrita y visual. En particular esta última se emplea de una forma sutil, en el sentido de que damos por hecho muchos aspectos de ella. Para clarificar este punto se puede recurrir al ejemplo de que en una escuela se aprende a leer y a escribir, pero ¿en dónde se aprende el significado de colores en la señalética de la ciudad?, ¿o cuál es la razón por la cual asociamos ciertas ideas con imágenes? Al momento de buscar una solución a estas preguntas es simple darse cuenta que no hay una educación formal en el lenguaje visual.
¿Qué repercusiones tiene esto? En términos prácticos contamos con nociones que nos permiten emplear las imágenes como recurso de comunicación, pero esos conocimientos se han adquirido en la mayoría de las ocasiones en forma empírica. Si bien desde el nacimiento se está expuesto a recursos visuales que después se les dará un significado es una situación distinta a tener conciencia plena de una imagen -de cualquier tipo, obra de arte o señalamiento- y notar como el empleo de esos recursos que pueden ser el color, texturas, planos, entre otros, conforman un efecto que puede estar en función de los objetivos del autor.
Cuando se tiene la información necesaria, se vuelve más comprensible como es que pueden existir obras maestras en la pintura y demás disciplinas que emplean estas formas de comunicación. Además de que en cierta manera se pueden rastrear las intenciones de los autores al ordenar los elementos implicados en la obra, además este ejercicio es una forma de analizar y formarse un juicio propio de lo que se está observando, lo cual enriquece la experiencia ya que pasa de una actividad meramente contemplativa a una reflexiva.
Para contar con las herramientas necesarias para realizar tal ejercicio es necesario en un primer momento comprender como funciona la comunicación visual, principalmente en un aspecto formal ya que en la realidad cotidiana sabemos que una luz roja en un semáforo significa detenerse. Para ello se puede abordar el tema desde diversas perspectivas, una de ellas es mediante la obra de María Acaso en el libro de "El lenguaje visual" que de una manera sencilla y práctica reflexiona sobre estos aspectos.
Pero, ¿para qué profundizar en este tema? Si partimos de que una imagen es una herramienta de expresión la cual de muchas formas guía las actitudes y el comportamiento de las personas resultaría como un ejercicio investigativo que va más allá de la mera curiosidad, pero en ese caso ¿por qué ciertas obras de arte generan una sensación de paz y confort mientras que otras manifiestan lo contrario?