El cebero mantiene el rango de peso regulando de manera subconsciente las actividades diarias necesarias o la cantidad de alimento requerido.
El cerebro determina una escala de peso de acuerdo con la genética y el tipo de vida de la persona, explica a neurocientífica Sandra Aamodt de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
“Lo más probable no es que seas perezoso, codicioso o carente de fuerza de voluntad, después de unos cinco años, el 41 por ciento de las personas que hacen dieta recuperan más peso del que habían perdido. Es sólo que el cerebro se hace cargo procediendo a lo que ha evolucionado hacer: luchar contra los peligros del hambre potencial inminente”, añade Aamodt, según reporta el periódico Daily Mail.
La científica se basa en sus propias experiencias de vida y relata que después de dietas y cambios de peso por varios años, decidió dejar de seguir un régimen estricto de comida y realizar sólo actividades de ejercicio diariamente pero sin pesarse constantemente. El resultado, explica ella, fue más benéfico para mantener su peso de esta manera.
Ella menciona que de forma ideal, el cebero mantiene el rango de peso que propone para el cuerpo regulando de manera subconsciente las actividades diarias necesarias o la cantidad de alimento requerido. Pero, al forzar una pérdida de peso, el cerebro muestra una resistencia, lo que explicaría el deseo de consumir calorías.
Si la personas tiende a comer impulsivamente o hacerlo incluso sin tener hambre, lo más probable es que el cerebro haya estimado un peso mayor al que debería ser. Mientras que si la persona siempre siente hambre o tiene frío, las posibilidades indican que el nivel esté por debajo de lo ideal. Aamodt también menciona que en todo caso el cerebro tiene 12 meses para reajustar el parámetro del peso, un tiempo también estimado para aquellos que ven modificada su dieta de manera dramática por el embarazo o alguna enfermedad.