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El demonio neón

El triunfo de la belleza sobre la sustancia

El demonio neón

El demonio neón

JESSICA AYALA BARBOSA

La más reciente película del director danés Nicolas Winding Refn cosecha críticas positivas y negativas por igual, nadie niega el valor estético de la cinta, sin embargo, muchos se preguntan si esto es suficiente para considerarla su obra maestra.

Un cuadro perfectamente compuesto, a la vez que escalofriante y intrigante, es la primera escena de El demonio neón (The Neon Demon, 2016) del controversial director danés Nicolas Winding Refn. Una chica yace inmóvil en un elegante sillón; su bello rostro, hermoso atuendo y esmerados maquillaje y peinado, contrasta con una mirada fija, indescifrable, y la sangre que brota de su cuello, recorre su brazo y alimenta el charco en el suelo. Un papel tapiz barroco y luces neón en el fondo y música electrónica complementan la escena. Las preguntas comienzan a surgir: ¿Quién la hirió? ¿Por qué? ¿Está muerta...? De pronto un flash fotográfico y el inconfundible sonido de un obturador interrumpen las interrogantes, descubrimos entonces que se trata de una sesión fotográfica.

Enseguida la conoceremos, su nombre es Jesse (Elle Fanning), tiene 16 años y acaba de llegar a Los Ángeles, California, con la firme intención de convertirse en supermodelo. La sesión en cuestión es cortesía de Dean (Karl Glusman), su primer amigo en la ciudad, y las fotos resultantes conformarán su portafolio.

Gracias a su innegable belleza y el candor de su juventud, Jesse se abrirá camino rápidamente en el mundo del modelaje. Despertando admiración por parte de agentes, fotógrafos, maquillistas, diseñadores, así como envidia por parte de sus colegas.

Conocerá también a Ruby (Jena Malone) una enigmática maquillista que la presentará con Gigi y Sarah, dos modelos 'biónicas', es decir, que deben su belleza no a la madre naturaleza, sino a un talentoso cirujano plástico.

METÁFORA DE LA BELLEZA

La cinta de Windning Refn es más una metáfora o anécdota onírica que una historia como tal. Las escenas se suceden unas a otras sin que se pueda establecer una relación de tiempo muy precisa. Pareciera sólo el recuento de los momentos más cruciales de los andares de Jesse en Los Ángeles, pero también podría pensarse que el papel de Jesse encierra las historias de todas esas muchachas que día a día llegan a esa ciudad en busca de una oportunidad.

Los personajes de El demonio neón no cuentan con una psicología muy profunda, parecen sólo esbozos, son una suerte de abstracciones, conceptos, y Jesse viene a ser la encarnación misma de la belleza, mientras que el resto de los actores interpretan la envidia, la lujuria, la ternura, el narcisismo, la banalidad...

En su reseña El demonio neón, o el efecto de la provocación, el crítico de cine Alonso Díaz de la Vega profundiza en esta idea al señalar que los filmes de este director danés son violentas odiseas hacia el orden o la trascendencia, películas de acción, pues, compuestas por simbología extraída del mito. Por eso cuesta tanto trabajo generar empatía con los personajes de Winding Refn: son son personas sino conceptos, como el héroe sin nombre de Drive (2011), el misterioso policía que en Sólo Dios perdona es una representación del orden, o Jesse, la imagen de la belleza misma interpretada por Elle Faning en El demonio neón. Ninguno de estos personajes tiene historia o siquiera carácter.

En el demonio neón, por ejemplo, la protagonista apenas si tendrá un desarrollo, y ni hablar de una catarsis, quizá el único cambio que enfrenta es el de pasar de ser una chica inocente que si bien es consciente de que su único don es la belleza, no pretende más que beneficiarse económicamente de ello, a convertirse en una joven narcisista, superficial y frívola, esto tras comprender como en una epifanía, que en ese mundo al que ahora pertenece “la belleza no es lo único, es lo único”.

Y es precisamente esa belleza lo que se tornará contra ella y desatará el conflicto. La belleza despierta pasiones y ya se sabe que estas no siempre son bienintencionadas.

SUSPENSO ESTÉRIL

Es a partir de este punto que la cinta se acerca al género del suspenso o terror psicológico. Recordemos que en la antesala del lanzamiento de El demonio neón, Winding Refn la había promocionado como una película de terror para adolescentes.

El director logra transmitir una atmósfera de suspenso en todo el largometraje a través del uso de elementos como el silencio, la iluminación mayormente tenue y en la que predominan tonos fríos, una muy buena selección de música en la que nuevamente está presente Cliff Martínez, una composición fotografía impecable realizada por Natasha Braier, así como un ritmo ralentizado.

No obstante, ese suspenso puede terminar en decepción para los amantes del género del terror, pues aunque hay un par de escenas gore, la película no toma el rumbo que las producciones de este tipo suelen tomar. Aunque en términos técnicos y estéticos El demonio neón resulta una excelente experiencia visual para aquellos que gustan del llamado “cine de autor”, quienes hayan creído en la palabra de Refn y se acerquen a la película esperando acción y terror como tal se llevarán una sorpresa no muy agradable.

CRÍTICAS DIVIDIDAS

Y es que con esta producción Refn ha dividido a la crítica, por una parte están quienes no han tardado en loar la cinta al grado de considerarla la obra maestra del director, arguyendo una estética visual atractiva y bien lograda que incluso encierra una crítica social, pero por otra están quienes acusan al danés de pretencioso al señalar que abusa de ciertos valores estéticos para compensar la carencia de, por ejemplo, un discurso trascendente.

Hay quienes alcanzan a dilucidar una postura irónica hacia la vacuidad del mundo del modelaje, mas en contraparte están quienes opinan que la película no hace más que reafirmar los valores de una industria que cosifica a la mujer y que justifica o solapa la violencia de género, además de que no aporta una mirada sensible hacia el feminicidio.

Refn por su parte se muestra satisfecho de su trabajo, incluso se lo dedicó a su esposa, la actriz Liv Crofixen, quien lo considera su mejor filme. Refn confía mucho en el criterio de su mujer, incluso ha comentado que fue ella quien le aconsejó trabajar con Elle Fanning, así como con Carey Mulligan en Drive.

“La gente se pregunta acerca de las reacciones divididas, y yo pienso ¿No lo entienen todavía? Con el internet no hay portero, sólo hay contenido. Así que para sobrevivir no importa sólo lo que haces, sino que todo se reduce a lo que representas y que se hable de ti”, dijo recientemente en una entrevista.

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