C On la victoria del magnate Donald Trump por la presidencia de Estados Unidos, las economías del mundo se han mostrado nerviosas (en especial la mexicana) a los cambios que el empresario amagó con realizar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) durante su candidatura.
Entre los muchos sectores amenazados por su propuesta de modificar el TLCAN, está la industria automotriz. Ante esto, los especialistas en el tema han comenzado a dar su punto de vista y los posibles panoramas en caso de que se lleve a cabo dichas modificaciones.
Juan Francisco Torres Landa, Socio de la consultora Hogan Lovells BSTL, asegura que el temor es que Donald pueda hacer realidad, revisar o dar por terminado el TLCAN. Esto en base al capítulo XXII, artículo 2205, el cual autoriza a que cualquiera de los países dentro del tratado puede dar un aviso para salirse del mismo con seis meses de anticipación, "Este capítulo nadie lo había analizado con profundidad, es similar al artículo 50 de la Unión Europea que permitiría a Inglaterra salirse de ésta".
Torres Landa invita que "en caso de darse la propuesta de salida del tratado, ésta pasaría por consultas, pero no necesitaría una aprobación del congreso de los Estados Unidos; es decir, si el presidente se dedica a dar el aviso y sostener la terminación estrictamente desde un punto legal, si lo podría hacer, no requeriría la aprobación del congreso para esos efectos. Pero una cosa son las promesas electorales y lo que se dice para ganar un puesto y otra cosa ya es analizar las repercusiones de esas decisiones"
Más complicado de lo que parece. Según el consultor, en el caso de la industria automotriz, hay una integración de funciones, logística, ensamblado, suministro etcétera, mismas que no serían tan sencillo ni conveniente desarticularla. "Si se pretendiera reducir los beneficios del tratado, las situaciones en la industria serían muy complejas de resolver; es decir, de la noche a la mañana, en el lado de los Estados Unidos, se perderían seis millones de empleos en el momento que se anuncie la salida del tratado".
Juan Francisco apunta que en ese sentido, "los asesores de Donald Trump probablemente le aconsejen que los niveles de eficiencia que se tienen hoy no van a poder alcanzarse si pretenden concentrar, dentro de aquel país, todas las actividades en el sector que están distribuidas en México. Aunque lo quieran hacer, eso significaría un deterioro brutal, debido a que algunas de las actividades que se realizan en nuestro país no se podrían repatriar a los Estados Unidos sin que el tema de costos y eficiencias se vieran afectados. Eso sería de tal magnitud que lo que tendrían que hacer es mandar la planta a otro lugar donde hubiera condiciones de eficiencias similares; es decir, ni modo que manden las fábricas hasta China o Sudamérica. Sólo el costo de pensar esto es completamente improductivo, entonces no creo que pueda haber una separación del tratado, no creo que se de ese paso, se perdería competitividad y rentabilidad que es lo más importante para que el negocio tenga viabilidad económica".
En caso de modificaciones. Por otro lado, en caso de que el tratado se cambie o se eliminen las armadoras en nuestro país, Torres Landa afirma que no se cerrarían las puertas al comercio, sino que, de una manera hipotética, se podrían afectar mucho los beneficios comerciales y arancelarios.
"Obviamente, no es el mejor de los escenarios para la industria automotriz en México, tomando en cuenta que muchos proyectos estaban a la espera de la definición para determinar si se puede seguir adelante en la toma de decisiones de proyectos específicos, pero si analizamos el comportamiento del tipo de cambio y el comportamiento de los mercados, no hubo la debacle que se pronosticaba, donde se decía que el dólar llegaría hasta los 23 pesos y que las bolsas iban a quedar en niveles históricos, no sucedió eso porque los mercados ya analizaron en el fondo las decisiones de van a tomar responsablemente".
Torres Landa no ve las condiciones para que se presente una debacle en materia de tipo de cambio, porque se tiene una balanza comercial, un sistema cambiario que no está manipulado y estamos en una industria que está globalizada, que por lo mismo no se rige sólo por lo que hacemos en México, sino que funciona a un nivel mundial".
Sólo en promesas. "Para finalizar, yo creo que muchas de las promesas electorales van a ser simbólicas, pero hay una parte importante en estos temas que es el TLCAN, mismo que seguramente va a definir algo que sí impacte, pero no lo veo en el tema automotriz. Me parece que el beneficio neto que se tiene para Estados Unidos es mucho mayor que si se pretendieran artificialmente regresar las plantas que están en México para el territorio estadounidense y de esa manera generar más empleos allá.
Eso no va a suceder, porque no tendría sentido, las compañías armadoras perderían mucho dinero, Y lo más importante, no podrían competir eficientemente contra los productos de otras compañías automotrices que están presentes en ese mercado y que tienen la capacidad de reaccionar ante un movimiento drástico de precios. Hacer lo que Trump dijo, en el sector automotriz, sería como darse un balazo en el pie, no generarían nada bueno con ello", comentó Torres Landa.