El partido que reúne a las estrellas de la NFL, regresa a Hawaii este domingo al celebrarse el tradicional Pro-Bowl que anteriormente, se realizaba una semana posterior al juego por el campeonato y que de repente y argumentando que muchos jugadores sólo iban de pachanga, lo efectuarían ocho días antes del Super Bowl y en la ciudad sede del encuentro por la disputa del trofeo Vince Lombardi.
Por lo pronto no les funcionó ya que volvieron a la Isla y aunque sea antes del partido grande, todos sabemos que cuando se lleva a cabo el All Star Game de las Grandes Ligas o el de la NBA, todos los jugadores salen a divertirse sin embargo el comisionado de la gran carpa, se le ocurrió que para se tomara en serio, desde hace tiempo la liga que ganara el encuentro ya sea la Americana o la Nacional, su equipo representativo tendría la ventaja de iniciar en casa el "clásico de otoño".
Y como este partido del próximo domingo para muchos no tiene importancia, la NFL trata de utilizarlo de "conejillo de indias" ya que para este día 31, se tendrá un ensayo de un nuevo y desarrollado sistema de comunicación entre asistentes y coordinadores con el head coach ya que, desde que inició la temporada entre los Patriotas y los Acereros, tanto los entrenadores de ambos equipos, tenían problemas con sus auriculares al igual que, recientemente en el partido divisional entre Nueva Inglaterra y Kansas City, el entrenador de los Jefes Andy Reid, mencionaba que su cuerpo técnico se encontró con inconvenientes con el quarterback Alex Smith.
Pero ya olvidándose de esta situación, honestamente pienso que para este partido le falta el condimento de los jugadores seleccionados que para esta ocasión, tanto de las Panteras como de los Broncos y con el simple hecho de que estamos seguros, de que el domingo 7 de febrero, será el último de Peyton Manning y que mejor habría sido también, el cerrojazo a su ilustre carrera jugando en el Pro-bowl.
Y así como sucedió en el 2014, este encuentro continuará utilizando el formato con leyendas de la NFL como capitanes que, en este caso, serán los ex-receptores Jerry Rice y Michael Irvin mientras que los jugadores fueron elegidos por los sufragios del consentimiento de los aficionados, entrenadores y jugadores por lo que la liga, es la única que combina el voto de ellos para acordar sus escuadras de "Todos Estrellas".
Pero algo tienen que hacer ya que hay jugadores que rechazan participar en el partido por una serie de motivos que, como todos sabemos, no les importa estar a pesar de que cada elemento del equipo que gane el Pro Bowl, recibe $58,000 mientras que los perdedores, se lleva la modesta suma de $29,000 lo que da a entender que, como la película de "La verdad oculta", el futbol americano profesional estando de por medio un encuentro oficial y más que nada el "Super Domingo", se encuentra en lo más alto para un ciudadano norteamericano.
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