Este sábado en Las Vegas, se atenderá el nuevo churro del pugilismo (ojalá y me equivoque) cuando el filipino Manny Pacquiao, se mida por tercera ocasión con Tim Bradley Jr. estando en juego, el título welter de la OMB en poder del norteamericano y que después de la ridícula patraña que vimos en el mes de mayo del año pasado, todo se apresta para que esta vez, no sea la excepción de una de tantas de las que pone Bob Arum.
Pero al margen de toda esta situación que a muchos se les hace un combate sólo para engrandecer las arcas de los que promueven el boxeo y para las televisoras ya que el combate será en pago por evento, es evidente que el asiático ahora sale como el elegido en las apuestas y que, como las dos ocasiones anteriores cada uno se llevó la victoria, pues ahora se aprestan para proclamar que será la batalla por el desempate y que además, todo hace indicar que se acondiciona para la última contienda del peleador asiático que, como todos sabemos, Juan Manuel Márquez ya lo puso con los pies bien firmes sobre la tierra.
Pacquiao es el único peleador en la historia en lograr ocho campeonatos del mundo en diferentes divisiones y en pesos distintos pero contra Bradley, ha desarrollado una rivalidad atractiva en los últimos cuatro años y que tal vez el capítulo más recordado de su carrera, es la controvertida primera pelea en junio del 2012 que todo indicaba, parecía de rutina para el filipino que en ese tiempo, se notaba como un boxeador imparable.
Cuando todo estaba dicho y que esa noche con las siete peleas ganadas de Pacquiao parecía que pasaban a la historia, el boxeo se vino para abajo levantándose en armas por lo que se notaba gritando a los cuatros vientos, que había sido la peor decisión en la época actual del pugilismo por lo que no pasó demasiado tiempo, para poner a esta disciplina en el ojo del huracán.
Pero actualmente, aún existen argumentos para que el filipino deje los encordados de lo que cual se piensa, si no agarra un hueso como senador (ya ven que en todos lados se cuecen habas por mencionar al ilustrado alcalde de Cuernavaca) sin embargo lo malo de que siga partiéndose la mandarina en gajos, es que ya son 65 combates desde que se hizo profesional y que todos los golpes que ha recibido, le pueden cobrar factura.
Pero cuentan las malas lenguas, que existe un potencial desquite con Mayweather y que eso, sería el mayor estímulo para regresar al ring pero es evidente que después del fraude del 2 de mayo del 2015, una revancha ya no produciría un mayor atractivo y a pesar de que venció a grandes peleadores de su época, no fue capaz de vencer al norteamericano quien se ha convertido en el punto negro de su carrera.
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