El pasado martes 09 del presente en que me encontraba redactando este espacio, habían transcurrido cuatro días de actividad en los juegos de Río 2016, obviamente sin considerar el futbol, y nuestra afamada delegación mexicana, seguía sumida en el limbo (para no variar) sin tener para cuando dar un regocijo y después de las absurdas declaraciones de la que era una de nuestras esperanzas como lo es Aída Román, sólo nos queda como quedarnos con un conformismo que va de acuerdo a nuestra idiosincrasia.
Pero ¿Cuál es la razón de que cada cuatro años quedemos como una caricatura ante otras naciones que se parten el alma en los Juegos Olímpicos? De todos es sabido que parte de esta vergüenza que vivimos, es por nuestra cultura que llevamos y que desde pequeños, nunca se nos inculca el luchar por un ideal y que nos mantenemos con lo que caiga en nuestras manos sin aportar nada que nos lleve a ser una nación poderosa.
Estando en Pacoima, Calif. en el año 2008, me invitaron a ver unas clases de natación de unos niños que empezaban a profundizar en esta disciplina, pero lo que más me llamó la atención fue que, en la parte alta de la piscina, se encontraba una pancarta que decía: "GO FOR THE GOLD" a lo que dentro de mi asombro, comencé a pensar como a estos jovencitos desde pequeños, los inspiran a ser unos deportistas de éxito porque era evidente de que ahí no los aleccionan a ir por el bronce o la plata, sino a apasionarse por lo máximo que pueda lograr un atleta en la más grande competencia a nivel mundial.
Es por esa razón de que la gran filosofía de Vince Lombardi que dice: "GANAR NO LO ES TODO EN LA VIDA; ¡ES LO ÚNICO!, lleva a tantos atletas de nuestro vecino país del norte, a partirse la mandarina en gajos y traerse los mejores reconocimientos pero siendo ellos una gran nación, también existen otros países que, donde prácticamente su extensión territorial lo que es para nosotros un estado en nuestra patria caso concreto los japoneses, desde que nacen viven con una formación para llegar a la excelencia.
Por increíble que parezca, escuché en un programa deportivo la cantidad de dinero que había presupuestada para el adiestramiento de nuestros deportistas desde antes de los Juegos Olímpicos de Beijing y que es evidente, es parte de los impuestos que, como ciudadanos, contribuimos ,pero como siempre estamos como inmolados a la podredumbre (con el debido respeto), entonces sólo nos queda mirar la procesión de los que logran la fama.
Ves a unos tipos de hace años como Mark Spitz, a Vitaly Scherbo o a unas mujeres como Nadia Comaneci y en la época reciente a Usain Bolt o Michael Phelps, sólo nos queda pensar de que como están las cosas, estaremos a millones de años luz para que un día podamos sentirnos engreídos de que seremos los más sácale-punta de unos Juegos Olímpicos.
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