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El nobel, un premio misógino

Dr. Leonel Rodríguez R.

(Primera parte)

No es ninguna novedad, la misoginia ha estado presente desde siempre; ha acompañado al hombre por toda la historia de la humanidad, la hemos visto por doquier, tal vez lo presenciamos, pero no sabíamos interpretarlo.

A la mujer se le ha visto siempre muy por debajo del sexo fuerte, el hombre, seguro que muchos lo observamos en nuestros mismos hogares y de esto no hace muchas décadas; a la mujer se le negaba el derecho de estudiar, de prepararse, de realizarse como tal, de simplemente emitir su voto u ocupar un puesto público.

Para qué prepararla intelectual y académicamente, solía decir sobre todo el padre, (su esposa no tenía el derecho a opinar), si su destino era el matrimonio, la atención del hogar, la hacedora de las actividades "propias de su sexo", la procreadora de "todos los hijos que Dios nos mande".

A mi hermana mayor, Rita, se le negó este derecho y tan sólo la dejaron llegar hasta "ocheno", así solía decirlo ella; no obstante, algunas o muchas de ellas se han venido revelando a través de los últimos siglos. Recuerdo a Elizabeth Blackwell (1821-1919), la primera mujer médico en el siglo XIX en los Estados Unidos, cuando por siglos esta carrera, y muchas más, estaban prohibidas para ellas; a Matilde Montoya (1859-1939), quien fuera la primera, quizá segunda mujer, en alcanzar en México el grado académico de médico.

No vayamos muy lejos, la misoginia la observamos por siglos, por milenios, en la iglesia católica, pues a pesar de todos los pesares, la mujer no ha logrado aspirar al grado de sacerdotisa, aún después de su partida se le ha negado el derecho, sí el derecho, por sus trayectorias, de que sus restos mortales reposen en una de las tantas rotondas para personajes ilustres que existen en el país, donde también ha estado presente hasta la actualidad, y creo que con dos o tres ejemplos que mencionemos es suficiente.

En la Rotonda de Coahuilenses Distinguidos, ubicada en el panteón de Santiago de Saltillo, con más de cien años de antigüedad, no existe en ella ninguna coahuilense distinguida que haya merecido esta distinción, y qué decir del Mausoleo de los Zacatecanos Ilustres, donde se repite esta misma omisión y no tendría fin de recalcar muchos y muchos casos más donde la misoginia está presente y donde las hay, el número en mínimo, dos ejemplos palpables: La Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón de Dolores en la Ciudad de México y la Rotonda de Hombres y Mujeres Distinguidos del Panteón de Oriente de Durango capital, donde el número de ellas es mínimo.

EN ZONA FEMINISTA

"Entramos en una zona donde trataremos de dar visibilidad no sólo al conocimiento producido por mujeres, sino también a los problemas más emergentes que podemos enfrentar o enfrentarnos las mujeres, pero sobre todo, para dudar y reflexionar, aunque el pensamiento sea equivocado, pues ello dará lugar a un intercambio de saberes muy enriquecedor. Conserva celosamente tu derecho a reflexionar, porque el hecho de pensar erróneamente es mejor que no pensar en absoluto" (Hipatia de Alejandría).

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