Elecciones impopulares
Este 5 de junio hay nuevamente elecciones en nuestro país. En este caso no hay votación federal, pero sí comicios de distinto tipo en 16 entidades de la federación.
En las entidades que tienen elecciones, los partidos políticos, los candidatos y las instituciones electorales bombardean constantemente a los ciudadanos con anuncios de 30 segundos. Las reformas electorales de 2007 y 2014 han convertido las campañas en una simple tormenta de spots. Ya no hay espacio para discusiones o explicaciones de programas de gobierno que no quepan en 30 segundos.
Quizá esta es una de las razones por las que la imagen de la clase política sufre un deterioro creciente. Las encuestas muestran que desde el presidente de la república hasta el último regidor municipal, pasando por diputados y senadores, tienen los peores niveles de aprobación registrados.
La incorporación de los candidatos independientes no ha cambiado las cosas. Muchos son simples refugiados de los partidos. Otros son realmente independientes, pero ofrecen un discurso que no se distingue en nada del que tienen los políticos tradicionales. Quizá esto se debe en parte a la limitación del discurso político a los 30 segundos del spot de radio y televisión.
Estamos presenciando una muy triste realidad. Las seis reformas electorales de 1977 a 1996 sirvieron para volver competitivo el sistema electoral. Si bien no fueron reformas perfectas, sí impulsaron hacia adelante el proceso y, al final, permitieron concluir la era del partido único y empezar la alternancia de partidos en del poder.
Las reformas de 2007 y 2014 han sido, en cambio, un retroceso. Buscaban fundamentalmente quitar tiempos a las emisoras de radio y televisión y entregarlos a los partidos políticos. Este es el origen de la pesadilla de spots que hoy vivimos. Por otra parte, las nuevas reglas también han vuelto los procesos electorales cada vez más complicados y restrictivos.
Una de las elecciones de este 5 de junio es para la asamblea constituyente de la Ciudad de México. Los capitalinos nunca exigieron dejar de ser Distrito Federal y convertirse en una entidad más de la federación. Tampoco querían una constitución. Pero los políticos capitalinos han buscado esta transformación porque quieren tener más poderes y más recursos.
En los últimos años hemos visto una disminución de la atención y de la participación de los ciudadanos en los procesos electorales. Esta es una mala señal. Los mexicanos se sienten cada vez más escépticos ante las propuestas y las actuaciones de los políticos. La brecha que separa a ciudadanos de políticos se ensancha.
Este 5 de junio tenemos elecciones nuevamente en nuestro país. Desde el punto de vista positivo, podemos celebrar que las elecciones se hayan convertido en una costumbre en México y que los actos de violencia política sean cada vez más raros. Del lado negativo, seguimos teniendo el problema de que los perdedores nunca reconocen los resultados porque carecen de un verdadero espíritu democrático. Por otra parte, la población se siente cada vez más alejada de los políticos y las elecciones.
Si a usted le toca votar este 5 de junio, piense en los beneficios que la democracia ha traído a nuestro país, pero también sobre lo mucho que hemos permitido que se deterioren los procesos democráticos.
Twitter: @SergioSarmiento